República Dominicana.-Desde la Dirección de la Escuela Básica La Siria, pasando por la orientadora y llegando al seguridad del plantel, conocieron la grave situación que estaba experimentando una de sus alumnas, una niña de 13 años que dejó ver, con comportamiento extraño y hasta indicios de depresión, la violación sexual a la que era sometida por dos de sus “formadores”, que intentaron callarla con el chantaje de que “le podía pasar algo”.
Si bien es cierto que la directora y hasta la orientadora del plantel, ubicado en el municipio Quisqueya, en la provincia San Pedro de Macorís, estaban claras de lo que pasaba con la niña de 13 años, no menos cierto es que, en vez de accionar, actuaron en complicidad con los maestros señalados, Fernando Peña Eusebio y Alejandro Roberto Bello Matos, no solo por la estudiante que cursa el 2do de secundaria.
La violación a la menor estalló el sábado en manos de los propios parientes de la niña, que, al notar un comportamiento extraño durante varios días, evidenciado inclusive con falta de apetito y encierro, comenzaron a cuestionar a la menor.
Entre las cosas que la estudiante habría dicho a sus padres, se destaca que “una de ellas” (la directora o la orientadora) conversó con la niña, explicaciones que fueron grabadas, pero no para llevarlas al Distrito 05 de Educación, para que se establezcan consecuencias. Las imágenes de la menor, con sus declaraciones fueron mostradas por la dama a uno de los profesores que la violaron, con el propósito de entonces armar una estrategia que tumbara el argumento de la niña y sacara de la comunidad el mar de rumores que le ponía precio a la dignidad de la familia.
Y es que, la directora y la orientadora supuestamente gestionaban reunir un millón de pesos para pagar a la familia a cambio del silencio y, también callar al seguridad o portero, que estaba al tanto de lo sucedido y que inclusive habría sido amenazado.
Entre el lamento por algo que nunca imaginaron pasaría con su niña, y menos en la escuela, el lugar donde confían la seguridad de los hijos, la familia se queja de que desde la Dirección nunca se les convocó a reunión para hablarles del crimen cometido por dos de los maestros del propio plantel, Fernando Peña Eusebio y Alejandro Roberto Bello Matos, que encontraron amparo en sus autoridades.
“Se habló en una finca con el propósito de trasladar a los profesores. Se dijo que se habían reunido con los familiares, pero es mentira”, dijo a esta redacción una abuela de la niña, que no hace más que pedir justicia, entre el humo de un cigarro y el sorbo de café que la sostiene desde que “supe de esa situación”.
Desde donde sí ha habido acercamiento a la familia afectada, y acción contra los culpables, es del Distrito Regional 05 de Educación.
La angustia envuelve a todos en el entorno familiar, pero también en la comunidad, que ahora teme mandar a sus hijos e hijas a la Escuela La Siria, cerrada a raíz del escándalo que tiene como protagonistas a dos maestros y como víctima a una niña de 13 años que ambos violaron.
La abuela también transmitió al equipo de proceso.com.do el dolor que “en el alma” siente el padre de la niña, “porque uno de los profesores que la violaron visitaba la misma iglesia que el papá”, y que en algún momento le había dicho “que la niña estaba floja en clase”.
Un señor, que más que vecino dijo ser pariente de la familia (porque aquí todos somos familia), manifestó el temor que ahora les invade, de mandar a sus hijos y nietos a la escuela, por lo que hicieron a una niña dos profesores, uno de los cuales –se dice- había tenido “problemas” por casos similares, aunque ciertamente no saben dónde.
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“Dañando la educación, la comunidad, a la iglesia y a Dios, que con Dios no se puede relajar”, expresó una dama, también vecina, en las proximidades de la Escuela Básica La Siria.
Este viernes los clamores parecían consignas, para que “paguen los que tienen que pagar”…”Son personas para educar y no para agredir”… “Que caiga todo el peso de la ley” sobre los profesores Fernando Peña Eusebio y Alejandro Roberto Bello Matos.