San Pedro de Macorís. – El deporte dominicano está de luto por el fallecimiento de Ricardo Adolfo Jacobo Carty, conocido mundialmente como Rico Carty, exjugador de Grandes Ligas (MLB) y una de las figuras más emblemáticas del béisbol dominicano.
La noticia fue confirmada por su hija menor, Ivette Carty, en redes sociales.
“Con el Corazon destrosado La familia Carty lamenta informarles a todos nuestros familiares, amigos y relacionados que nuestro Padre el señor Ricardo Adolfo Jacobo Carty (Rico Carty)en la noche de hoy perdio la batalla,fue un gerrero hasta su ultimo aliento de vida» informo su hija Ivette Carty.
Rico Carty nacido el 1 de septiembre de 1939 en San Pedro de Macorís, el jugador dejó una huella imborrable en el béisbol profesional.
Durante su carrera, que se extendió desde la década de 1960 hasta mediados de los años 70, jugó para equipos como los Bravos de Milwaukee/Atlanta, los White Sox de Chicago, los Atléticos de Oakland, los Indios de Cleveland y los Azulejos de Toronto.
En 1970, alcanzó su máximo esplendor al conquistar el título de campeón de bateo de la Liga Nacional con un promedio de .366, un logro que lo posicionó como uno de los mejores bateadores de su generación. Ese mismo año fue el primer dominicano en ser seleccionado titular para el Juego de Estrellas por votación popular, destacándose como un ícono en el béisbol internacional.
A lo largo de su trayectoria, Carty enfrentó y superó adversidades, incluyendo problemas de salud y lesiones graves, que no detuvieron su legado como uno de los grandes embajadores del béisbol dominicano.
La partida de Rico Carty representa una pérdida significativa para el deporte nacional, dejando un ejemplo de perseverancia y excelencia para futuras generaciones de peloteros.
Llegó al profesionalismo como receptor, pero nunca pudo cuajar en la posición.Por eso, años más tarde, fue transferido al bosque izquierdo, cambio
que le favoreció.
Ricardo Carty es uno de los mejores bateadores que ha parido la República Dominic ana. Dudar esa habilidad con el madero, es sencillamente ignorar a un hombre que se alzó con un liderato de bateo en el viejo circuito.
Ricardo Adolfo Jacobo Carty nació el 1 de septiembre de 1939 en Ingenio Consuelo, San Pedro de Macorís, firmando para el profesionalismo en 1959, a la edad de 20 años.
Jugó para más de un puño de organizaciones: Bravos de Milwaukee, que luego pasaron a ser Bravos de Atlanta; Cachorros de Chicago, Atléticos de Oakland, Indios de Cleveland, Azulejos de Toronto y Rancheros de Texas. Aunque era un excelente bateador, las lesiones, sus diferencias con sus compañeros y su pobre defensa provocaron que saltara de un trampolín de una a otra organización.
Inició su carrera como receptor en las ligas minoritarias, pero luego fue transferido a los jardines para que tuviera menos responsabilidad defensiva. Allí se mantuvo hasta su debut en las mayores, donde demostró desde el primer momento que pertenecía a la élite del juego.
En su primera temporada completa, Carty bateó para un astronómico .330, 22 jonrones y 88 carreras empujadas, coqueteando con el liderato de bateo, que al final obtuvo el fenecido a destiempo Roberto Clemente.
Un viaje por su pasado
El nativo de San Pedro de Macorís nació para estar inmerso en el béisbol. Se adueñó de un liderato de bateo en las Grandes Ligas, hecho que sucedió en 1970 al promediar .366, vistiendo la franela de los Bravos de Atlanta.
Además de la corona de bateo, Carty se convirtió en esa misma temporada en el jugador que más se mantuvo sobre las bases, alcanzando un porcentaje de .454. También participó en el Juego de Estrellas de esa campaña.
Un “asesino en serie” contra los lanzadores
Además de quedar segundo en el promedio de bateo de la Liga Nacional, también terminó como número dos tras el premio de Novato del Año, el cual consiguió Dick Allen.
La próxima campaña (1965), Carty continuó su paso arrollador en las Grandes Ligas con average de .310, pero comenzó a verse afectado por las lesiones. Sólo participó en 83 encuentros.
Volvió a repetir la historia trecentista en 1966, al totalizar .326, 15 cuadrangulares y 76 remolcadas, demostrando que la casualidad no existía, si no que era un “asesino en serie” contra los lanzadores contrarios. »
Sin embargo, la temporada de 1967 fue bastante difícil para Rico, quien vio desboronar sus estadísticas a un pésimo .255, producto de 113 incogibles en 521 turnos agotados.
En ese trayecto, tuvo que lidiar con una lesión en el hombro. Pero la desgracia no concluyó ahí, sino que perdió la próxima campaña a causa de una tuberculosis.
Pasaron muchas cosas por la cabeza del joven Carty, primero merman sus numeritos ofensivos y luego una contienda completa fuera de las líneas de cal por una férrea enfermedad: sólo eran momentos de desilusión para el jugador de 27 años. No obstante, rebotó con fortuna de la adversidad y disfrutó de una temporada de 1969 que nunca olvidará mientras viva.
Bateó para .342 y 16 vuelacercas, llevando al combinado de Atlanta al título de la División Oeste de La Nacional, para luego caer ante los Metros de Nueva York.
Rico logró su mejor temporada en 1970, al batear .366, gracias a 175 hits en 478 turnos oficiales. Esa campaña marcó un hito para Carty, ya que sus .366 significan el segundo mayor promedio de bateo con el cual un jugador ha conquistado un liderato. El más alto lo obtuvo Ted Williams en 1957 con .388.
Carty acudió al Juego de Estrellas ese año, aunque no estaba en las votaciones. Abrió el partido en el jardín izquierdo y completaron los bosques Hank Aaron y Willie Mays. Además, esa temporada, empalmó una racha de 31 partidos en forma consecutiva bateando por terreno de nadie y concluyó décimo tras el premio al Jugador Más Valioso.
Luego de esa superba campaña, Carty se perdió otro año completo, con la diferencia de que ahora fue a causa de una lesión en la rodilla mientras jugaba beisbol invernal en el país. Cuando regresó en 1972 con los Bravos, las cosas se le pusieron incomodas a Carty, quien comenzó a tener diferencias con sus compañeros de equipo.
Eso provocó que en 1973 cambiara varias veces de conjunto. Primero pasó a Texas, donde pernotó por poco tiempo porque no se acostumbró a ser el bateador de designado, y luego llegó a Chicago, teniendo supuesto conflictos con el antesalista Ron Santos.