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  • Resumen 2024
  • Por: La Redacción
  • viernes 27 diciembre, 2024

La vorágine de las pandillas masacró en el 2024 a un Haití secuestrado por una crisis que parece no tener fin

República Dominicana.-En el 2024 la violencia, crisis políticas, las masacres masivas, el terror y los secuestros dejaron de ser noticias para convertirse en acontecimientos rutinarios que ya son parte del diario vivir para los que aún quedan atrapados en la vorágine de las pandillas que controlan una gran parte de Haití.

En enero, cuando el año comenzó, muchos haitianos miraron hacia el golpista Guy Philippe como la esperanza de un cambio para Haití, pero luego trascendió que el expresidiario trató de negociar tres ministerios, incluyendo la Justicia, con el primer ministro de entonces, Ariel Henry, para buscarle una salida pacífica a la violenta crisis del país caribeño. Su abogado, el jurista Reynold Georges, lo delató al señalar que ex comisario policial amenazó con una rebelión cuando el primer ministro no lo complació.

Al mes siguiente, el 5 de febrero, Haití inició una huelga convocada por Guy Philippe para derrocar a Ariel Henry, lo que en principio no se logró. Algunos meses después, el polémico dirigente haitiano presentó su partido Fuerza Revolucionaria de Acuerdo Nacional -FREN-, para competir por la presidencia haitiana en un país sin fecha fija para el montaje de elecciones.

El 22 de febrero, renunció el representante de Haití ante la OEA, León Charles, un exjefe de la policía haitiana, sospechoso de complicidad en el asesinato del presidente Jovenel Moise, en julio del 2021.

Y el 29, el primer ministro llegó a Nairobi para firmar un acuerdo con Kenia y desbloquear el envío de policías para combatir las bandas haitianas, tras un tribunal keniano prohibir el despliegue autorizado por la ONU.

A principios de marzo y de regreso a Haití, vía Estados Unidos, procedente de Kenia, el avión en que viajaba Ariel Henry se ve obligado a descender en Puerto Rico, luego de no poder hacerlo en Puerto Príncipe con el aeropuerto bloqueado, y que el gobierno dominicano se negara a recibirlo en Santo Domingo.

Con la violencia en Haití como una caldera en ebullición, el 20 de ese mes Estados Unidos y otros países comienzan a sacar su gente del territorio haitiano, vía la República Dominicana, y al día siguiente el presidente Abinader advierte a la ONU que no detendrá las deportaciones de extranjeros ilegales ni autorizará la apertura de campos de refugiados haitianos en territorio dominicano.

Con la crisis haitiana en situación indefinida, el gobierno dominicano instala en el sur un comando regional de la Fuerza Aérea con asiento en Barahona, mientras la Organización Internacional Para Las Migraciones suspende la apertura del Centro de Atención, Recursos y Referencias Para Migrantes –CARE-, que tenía programada en Verón de Punta Cana, donde la mayoría de inmigrantes son de nacionalidad haitiana.

Antes de que finalizara marzo, Los promotores del canal haitiano en Juana Méndez ponen su obra en operación, extrayendo agua del Masacre, y República Dominicana responde encendiendo tres bombas ladronas que convierten el canal en un chorrito.

La jugada de Dominicana no agradó a los haitianos y comenzaron una serie de protestas, apaciguada por las lluvias registradas sobre la zona, que desbordaron el Masacre, el canal y la vigía.

Ya para abril y en medio de la tormentosa situación de Haití, el senador republicano de la Florida, Marco Rubio, denunció que Estados Unidos presiona a la República Dominicana para que acepte en su territorio a por lo menos 3 millones de haitianos en calidad de refugiados. El presidente Abinader niega la denuncia.

En mayo, un grupo de bandoleros haitianos asesinan en Puerto Príncipe tres misioneros estadounidenses, incluyendo la hija del senador estadounidense republicado de Misuri, Ben Baker, la señora Natalie y su esposo Davy Lloyd. La Casa Blanca reaccionó exigiendo acelerar el despliegue de la misión de intervención policial en Haití, aprobada por la ONU y que Kenia se comprometió a liderar.

El primero de junio, llega a Puerto Príncipe Garry Conille, designado por el Consejo Presidencial de Transición como primer ministro de Haití, y al mes siguiente las pandillas armadas atacaron a tiros su caravana a la salida de un hospital de Puerto Príncipe, un atentado del cual salió ileso.

El 21 de junio, Normil Rameau toma posesión como nuevo jefe de la Policía Haitiana, cuatro días antes de que aterricen en Puerto Príncipe 400 agentes de Kenia, el primer grupo de mil policías kenianos, entrenados para enfrentar a las bandas armadas en territorio haitiano.

En julio, el Masacre vuelve a ser manzana de discordia entre República Dominicana y Haití, luego que el río fuera sometido a un acelerado proceso de degradación con el retiro de miles de toneladas de grava y arena por parte de constructores haitianos.

El 20 de agosto, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sanciona al expresidente haitiano Michel Martelly, a quien acusa de facilitar el envío de cocaína a territorio estadounidense, lavado de activos procedentes del narcotráfico y apoyo a las pandillas armadas de su país.

El tiempo avanza, la comunidad internacional calla y la violencia crece. Para octubre las pandillas haitianas entran al poblado de Pont-Fondé, en el centro de Haití, y matan 115 personas, incluyendo bebés, en otra despiadada masacre de las bandas armadas.

En noviembre, el Consejo Presidencial confirma la cancelación de Garry Conille como primer ministro y nombra en su lugar al empresario Alix Didier. Conille protesta, pero Alix se juramenta, agravando la crisis de Poder del gobierno haitiano.

Para el once de ese mes, la violencia de las bandas entra en una nueva fase con ataques a tiros a los aviones que se aproximan a los aeropuertos de Puerto Príncipe, provocando que las aerolíneas suspendan sus vuelos hacia Haití.

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El 20 de noviembre, China y Rusia, miembros del Consejo de seguridad de la ONU, bloquean en Naciones Unidas el envío a Haití de cascos azules para sustituir la misión de apoyo a la policía haitiana, encabezada por Kenia y que no ha dado resultados en la lucha contra las bandas armadas.

Antes de que finalizara noviembre, Jimmy Cherizier, el temible líder pandillero mejor conocido como Barbecue, admite haber perdido al menos 10 bandoleros en enfrentamientos con la policía haitiana y agentes de la misión internacional de seguridad, pero eso no amedrenta a las bandas que se preparan para el contra-ataque.

Ya finalizando el año, las pandillas haitianas vuelven por sus fueros y matan al menos 187 personas en el segundo fin de semana de diciembre y pasan de 5 mil los muertos durante el 2024.

En plena Navidad, entre la imparable violencia y las torrenciales lluvias que, en al menos cuatro departamentos de Haití provocaron muertos, heridos y desaparecidos, la banda armada Vivre Ensemble (Vivir Junto) atacó el hospital de la Universidad de Estado, provocando la muerte a dos periodistas y a un policía. La situación motivó la destitución del ministro de Salud Pública de la Población, Duckenson Lorthé Blema.

Para el 2025, las expectativas sobre Haití son inciertas, con el desafío de las bandas armadas y el reto de las autoridades, comprometidas a pacificar el país con vistas a la celebración de elecciones generales entre noviembre y diciembre del próximo año.

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