FLORIDA (MARCA).-Se veía venir el drama total y no tardó en llegar. En muy pocas horas, Jimmy Butler, estrella de la NBA y referente de los Miami Heat (con los que llegó a dos finales), vio como su petición de salir de la franquicia de Florida se tornaba en una película de miedo. Porque los Heat, que son sextos en la Conferencia Este, ya no aguantan más al ’22′ y decidieron suspenderle. El tema es más que serio.
La suspensión será de siete partidos. Y los Heat lanzan un mensaje claro. "Se debe a sus múltiples comportamientos en detrimento del equipo durante la temporada y, particularmente, estas últimas semanas", reza el comunicado del equipo. Lo que es la historia, pues pasó de ser una petición en la que Butler y su equipo de representación abrió una guerra con el periodista que lo adelantó, a algo que enfurece a Miami.
"Veremos cuál es mi equipo, lo que quiero es disfrutar jugando al baloncesto", dijo. Y Miami, que está en una situación positiva dentro del Este, ya no espera más. Butler es un problema. "No quiere ser parte de equipo. Quiere salir", cuentan los Heat. Novias habrá muchas. Los que más insistían eran los Suns, con Mavericks, Warriors y Rockets bien colocados.
Y todo lleva a esa salida. "Escuchamos ofertas", cierra Miami. Ya nadie oculta que está en el mercado. Un jugador clave en los dos lados, líder, pero con su enésima salida polémica. Ya lo hizo en Minnesota, cuando terminó enfrentado al equipo titular y protagonizó un partido de entrenamiento polémico junto a los suplentes. También en Philadelphia tras ser uno de los mejores amigos de su estrella Joel Embiid. Y en Miami, misma historia.
Hasta el momento, el alero promedia 17,6 puntos por noche y encadena varios choques pasando desapercibido. Entre una baja y el mal regreso a la acción, su último buen choque sigue siendo de mediados de diciembre cuando le endosó 35 a los Detroit Pistons. Una estrella está en venta