WASHINGTON.-decisión del presidente Donald Trump de frenar la ayuda exterior financiada por el gobierno de Estados Unidos ha comenzado a generar repercusiones a nivel global.
En el caso de República Dominicana, esta medida pone en peligro US$42.7 millones destinados a proyectos esenciales en áreas como salud, educación y desarrollo económico.
Antes del cambio de administración, el exsecretario de Estado Antony Blinken había aprobado la asignación de US$42.7 millones para financiar programas de desarrollo y cooperación en República Dominicana.
Además, en agosto del año pasado, la USAID entregó US$45 millones adicionales al país para fortalecer sectores clave como derechos humanos, crecimiento económico, seguridad sanitaria global y preparación ante desastres.
Sin embargo, con la nueva política de la Casa Blanca de priorizar el gasto interno, estos fondos podrían ser cancelados, lo que provocaría el cierre de programas y la pérdida de empleos en diversas instituciones.