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  • Por: Roque Zabala
  • viernes 07 febrero, 2025

Duarte y la Patria I

El ideal de una patria libre e independiente comienza su caminar con Juan Pablo Duarte en 1828 cuando sale a realizar estudios, conoce New York, España, Francia y Gran Bretaña donde es exponencial los cambios y el avance del mundo. La Revolución Francesa había derrotado el último enclave del sistema monárquico.

Allí comienza su formación política, se respira la guerra librada en el viejo continente contra Napoleón Bonaparte y su política de conquista, la lucha de algunas regiones en España que propugnan por su autonomía, la Revolución Industrial y sobre todo la ocupación haitiana de la parte Este de la isla que conforman su pensamiento político.

Su regreso en 1832 es la génesis de la lucha por una patria libre e independiente, Manuel María Valverde le pregunta lo que más le había impresionado de su viaje, “los fueros y libertades de Barcelona, fueros y libertades que espero demos nosotros un día a nuestra patria.”

Duarte es la fuente de conocimientos e ideal de independencia donde debe abrevar la juventud sedienta que desconoce los cambios del mundo, que debe aposentar en su pensamiento social para comprometerlo con el ideal de patria y luchar por la independencia sin tutelaje de potencia alguna.

En su momento es una utopía, una parte de la población se había acostumbrado al dominio de Jean Pierre Boyer, sin embargo, la dimensión de su compromiso y su disposición de lucha paso a paso lo convierten en realizable. Así lo comprende la juventud que atrae al proyecto de independencia. Su encuentro con José María Serra y la elaboración del periódico El Dominico/Español, aumenta la cantidad al integrarse a los trabajos y circula en algunas poblaciones del interior.

Es el inicio de actividades a favor del proyecto independentista, son los dos primeros que se juntan para aumentar la cantidad de periódicos y la difusión del ideal de patria. Duarte aumenta su influencia entre la juventud y cuando considera que había recorrido un camino y llegaba a la madurez para integrar una organización que coordine y ejecute las tareas, llega a la casa y le dice, “Chico, un gran pensamiento tengo que comunicarte.

Dejemos por hoy la escritura y escucha. Nada hacemos, querido amigo, con estar excitando al pueblo y conformarnos con esa disposición sin hacerla servir para un fin positivo, practico y trascendental.”

Comienza el proceso de valoración y asumir compromisos de los jóvenes que podían ser parte del núcleo central y formar parte de la institución que demanda el momento para hacer realidad su sueño de una patria libre e independiente.

Sobre la ocupación haitiana en un párrafo del manifiesto del 16 de enero de 1844 dice lo siguiente, “!Al entrar en la ciudad de Santo Domingo entraron con él en tropel los desórdenes y los vicios! La perfidia, la división, la calumnia, la violencia, la delación, la usurpación, el odio y las personalidades, hasta entonces poco comunes en estos inocentes pueblos. Sus decretos y disposiciones fueron el principio de la discordia y la señal de la destrucción.

Por medio de su sistema desorganizador y maquiavélico obligó a que emigren las principales y más ricas familias y con ellas el talento, las riquezas, el comercio y la agricultura, alejó de su consejo y de los principales empleos a los hombres que pudieren representar los derechos de los ciudadanos, pedir el remedio de los males y manifestar las verdaderas exigencias de la Patria.

En desprecio de todos los principios del derecho público y de gentes, redujo a muchas familias a la indigencia, quitándole sus propiedades para reunirle a los dominios de la República, y donarlos a los individuos de la parte Occidental, o vendérselos a ínfimos precios.

Asoló los campos, destruyó la agricultura y el comercio, despojó a la iglesia de sus riquezas, atropelló y ajo’ con vilipendio los ministros de la religión, les quito’ sus rentas y derechos, y por su abandono dejo’ caer en total ruinas los edificios públicos, para que sus mandatarios aprovechasen los despojos y que así saciasen la codicia que consigo traían de Occidente.”

Las divergencias profundas de estos dos pueblos que comparten una misma isla son difíciles de entender, aunque se relacionan en la parte fronteriza, pero con una formación cultural que dificulta la cohabitación. Mientras en el Oeste la definición étnica y su pensamiento social tienen su origen en tribus africanas esclavizada, en el Oeste viven la misma suerte ahora bajo el dominio de Francia que la convierte en un territorio de explotación agrícola aportando materia prima barata a un sistema capitalista en pleno desarrollo.

En el Este se define con la cultura de una nación del viejo continente que durante el siglo XIX avanza aceleradamente y donde la revolución industrial, un grupo de científicos con sus aportes los aposentaban como indispensable para enfrentar los elevados niveles de pobreza e inequidad del mundo.

Esas contradicciones profundas, que marcan las diferencias entre las dos naciones es lo que aporta el abono para que Duarte difunda su pensamiento entre los jóvenes que poco a poco se integran. Caminando logra alcanzar el punto de madurez para escoger en el universo los jóvenes más apto para emprender el camino hacia la gloria, la proceridad y al cumpliendo del deber de todo hombre, “el compromiso con la defensa de la Patria”.

En la génesis de julio inicia un proceso de concretización de algunos contactos, con amigos que se habían comprometidos con el proyecto. La fecha y el lugar escogido para la reunión, es la casa de Doña Chepita Pérez de la Paz.

En la revista CLIO XXX no. 233 de julio/agosto 1938, primer centenario de la fundación de la Trinitaria dice lo siguiente, “Dedicase a formar la mente y el corazón de sus amigos, cuidó de infiltrar en ellos con el odio a la tiranía aquel desprecio por los placeres voluptuosos que adormecen a esa edad peligrosa, trató de formarla para la lucha moral y física que deben aguardarles en el porvenir y cuando hacia esto el Pbro.

Gaspar Hernández y él se encontraron enfrente y obraron de acuerdo. Desde entonces se abrieron las clases, desde entonces se trabajó con fe y entusiasmo en la grande obra de la regeneración del pueblo.” Ocho jóvenes son invitados a la reunión, 16 de julio de 1838, día de Nuestra Señora del Carmen, 11.00 a.m. una procesión que aglomera mucha gente recorre la calle y frente a la iglesia facilita que su presencia pase desapercibida.

Duarte llega y espera disimuladamente los otros convidados. Juntos, Juan Isidro Pérez, José María Serra, Pedro Alejandrino Pina, Jacinto de la Concha, Félix María Ruiz, Benito Gonzáles, Juan Nepomuceno Ravelo y Felipe Alfau inician el intercambio de palabras, Duarte explica la situación del país y la necesidad de iniciar la lucha formalmente para luego pasar al interior de la vivienda.

Se inicia la reunión y continúa comprometiéndolo y logra la atención con palabras rebosantes de patriotismo con la empresa que deben iniciar a partir del momento. La sociedad a formar se llamará la Trinitaria porque se compondrá de nueve hombres que formará una base de tres miembros cada uno.

Con un nombre particular que solo usaran en casos especiales, el cual nadie conocerá, excepto los nueve fundadores. Introduce el compromiso para luego, “Amigos míos, unidos aquí con el propósito de ratificar lo que habíamos concebido de conspirar y hacer que el pueblo se subleve contra el gobierno haitiano, a fin de convertirnos en Estado libre e independiente con el nombre de República Dominicana, vamos a dejar empeñado nuestro honor y vamos a dejar comprometida nuestra vida.

La situación en que nos coloquemos será muy grave, y tanto más que entrando en este camino, retroceder será más que imposible. Pero ahora, en este momento, hay tiempo todavía de rehuir todo tipo de compromiso. Por tanto, si alguno quisiere separarse y abandonar la causa noble de la libertad de nuestra patria querida…”, un corto silencio se apodera del auditorio y al unísono responden, ”!No!, ¡yo no!, ¡Ni yo!, Ni yo tampoco, la respuesta espontánea lo convence de la disposición de aceptar el compromiso de la causa del pueblo.

Explica los detalles de la sociedad secreta y toma el juramento de los trinitarios que comienza, “En nombre de la Santísima, Augustisima e indivisible Trinidad de Dios Omnipotente….”, todos firman con sangre, queda fundada la Trinitaria.

Los apóstoles de la libertad salen en busca de adeptos, los primeros iniciados son familiares, amigos y allegados, en la Capital Duarte y su familia, Juan Alejandro Acosta, Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella, también en las principales poblaciones tiene representantes como en San Carlos, Bayaguna, Los Llanos, El Seíbo, Higuey, Santiago, San Francisco de Macorís y Monte Plata.

El avance logrado no es suficiente, el pensamiento social a favor de una patria libre independiente no había llegado a un universo con la fortaleza de iniciar las acciones del movimiento. En el 1840 Duarte forma la Filantrópica, luego la Dramática, con el aporte del Señor Manuel Guerrero conquistado para el proyecto de la patria restaura la cárcel vieja y lo convierte en el teatro de los trinitarios.

Las presentaciones de obras teatrales tienen un símil entre la ocupación de Napoleón Bonaparte en España con la haitiana en la parte Este por lo que despierta suspicacia, en una obra de la península, uno de los actores pronuncia con énfasis, “Me quiere llevar el diablo cuando me piden pan y me lo piden en francés” La propaganda de los trinitarios llega a un público numeroso y se aposenta cada día más en la población, víctima de los abusos que sufre, sobre todo las mujeres con un comportamiento poco ortodoxo como debe ser tratada una dama.

En el Oeste, un movimiento liderado por Charles Herard combate la dictadura de Boyer, el Consejo de Defensa de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, el 1ro. de septiembre 1842 publica un manifiesto denunciando las atrocidades y arbitrariedades que se cometen en la isla por el gobierno e Boyer, donde destaca las luchas libradas por la isla en defensa de su independencia, y dice “El triunfo es infalible cuando tiene razón para ti mismo y el derecho es suficiente querer con fuerza y coraje.

Las creencias son las mismas en todas partes, las voluntades deben ser unánime. Desde Samaná hasta Gonaïves, desde la Beata hasta La Tortuga, los espíritus se hablaban, se entendían. El alma no fallará no. El amor de la patria, este amor eléctrico, hará vibrar todas las cuerdas de los descendientes de Oge’, Chavannes, Petión, Magny, de Geffrard, de Vaval, de Wagnac, de David Troy, de Juan Sánchez, de estos ilustres fundadores de nuestra libertad y de nuestra independencia, que nos miran desde la estancia eterna.”

Conociendo Duarte la conspiración que se fragua en EL Oeste, había llegado a su mano una copia de la proclama que le entrega Manuel Andújar, y poniendo de manifiesto la dimensión de su pensamiento y la lógica que indica el momento, concibe la idea de establecer contactos con el liderazgo del movimiento, derrocando a Boyer que después de 20 años mantiene fortaleza suficiente para extender su mandato, pero el sucesor con más debilidad podía facilitar su proyecto independentista.

Trabajar en combinación de los revolucionarios haitiano, primero envía Juan Nepomuceno Ravelo que no logra hacer el contacto, luego encarga de la misión a Matías Ramón Mella, el 26 de enero se entrevista con Herard, le manifiesta la disposición del Este de secundar el movimiento y que esperan sus órdenes. -Mis conciudadanos del Este esperan mis órdenes, señor Mella- ¡Soy yo el que debe pedirlas al pueblo, porque no soy más que el ejecutor de la voluntad soberana! En el conversatorio con el líder del movimiento este le explica la necesidad de salir a la mayor brevedad del Oeste, los movimientos de tropas se iniciaban y sería más difícil salir en plena guerra.

La Llegada de Mella es compromisaria de rendirle el informe de los resultados de su misión, se reúne con Duarte y el liderazgo de los trinitarios, sobre el avance de la conspiración, luego con el general Desgrotte que le aconseja mantener la calma hasta que se inician las hostilidades.

El 26 de enero de 1843 se produce un levantamiento en Praslin, los revolucionarios avanzan victoriosamente ocupando los principales poblados, el 13 de marzo, frente al Senado, Boyer presenta su renuncia donde destaca los esfuerzos de su administración hacia un sistema de sabia economía.

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