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  • Por: Máximo Sánchez
  • sábado 15 febrero, 2025

Pueblo Viejo, Barrick Gold y el desastre ecológico
El relato final

La República Dominicana cuenta con un territorio de cuarenta y ocho mil cuatrocientos cuarenta y ocho kilómetros cuadrados (48,448 km2); una posesión territorial, donde una pequeña pérdida de suelo por mínima que sea, es apreciable, porque en comparación con las grandes naciones continentales, nosotros somos parte de los enanitos del Caribe

Cuando dijimos con anterioridad que, la Rosario Dominicana había dejado un extenso territorio deforestado y cubierto de sulfuros a cielo abierto, quizás muchas personas no alcanzaron a entender lo que esto significa para toda la región del Cibao central; por esta razón, sus efectos y consecuencias merecen una explicación.

La humedad de la zona, producida por el rocío y las lluvias, incide sobre esa maza sulfurosa; y con la evaporación de esa humedad desde las rocas y tierras sulfuradas, se desprende una importante cantidad de ácido sulfúrico que, en forma de vapor se incorpora a las nubes de toda la cuenca del rio Yuna; cuando esas nubes se condensan y caen en forma de lluvia, la contaminación de ácido sulfúrico se esparce en toda la extensión que cubren los aguaceros.

Eso quiere decir que las lluvias acidas, vienen contaminando la región desde antes de parar las operaciones de Rosario Dominicana, y continúan con la devastación llevada a cabo por la Barrick Gold en el área de Pueblo Viejo y sus colindancias.

La multinacional Barrick Gold, entró en la ecuación, cuando en el año 2006 compró todos los activos a nivel mundial de otro emporio empresarial llamado Placer Dome, el cual había suscrito un acuerdo de negocios con el Estado dominicano, durante la administración del ex presidente Hipólito Mejía y se proponía explotar los sulfuros de Pueblo Viejo bajo la denominación de Placer Dome dominicana; contrato registrado en la Gaceta Oficial bajo el número 125-02.

Para tener una idea del poder económico de Placer Dome y Barrick Gold, consultemos al Financial Times, a Los Angeles Times y al New York Times de aquella época; todos reportan una operación de fusión de ambas corporaciones que sobrepasa los 9.4 billones de dólares. El Financial Times y Los Angeles Times hablan de 10.4 billones de dólares.
Las diferencias entre los materiales minados trabajados por la Rosario Dominicana y Barrick Gold, es lo que viene a determinar la diferencia entre el volumen de las colas producidas por la primera y esta última empresa; la riqueza de los materiales procesados por la Rosario, era muy superior a los que procesa Barrick Gold.

Mientras en todos los años de operación Rosario Dominicana produjo solo dos pequeñas presas de colas, la cantidad de desperdicio que produce Barrick Gold ha sido un tema de conflicto desde el comienzo de sus operaciones, a tal punto que la oposición a que construyan una nueva presa de colas, se justifica solo con mirar la extensión de la presa del Yagal que es la que está en operación.

Es un inmenso lago de desperdicios sólidos contaminados que, vienen a parar allí como resultado del proceso industrial de Barrick Gold. Si la Rosario procesó un promedio de una tonelada para obtener 4 gramos de oro, la Barrick tiene que procesar una cantidad, muchas veces multiplicada para obtener los mismos 4 gramos de oro con un proceso mucho más complicado, por eso las colas son incomparables.

Cuando se dieron a conocer algunos de los acuerdos del contrato de Barrick Gold con el Estado dominicano, nos alegramos al ver que figuraban allí 450 millones de dólares para remediación ambiental, e ingenuamente creímos que, esos US$ 450 millones eran la inversión anual en el medio ambiente que haría la empresa, en el daño que ya existía y en el que ellos causarían en lo adelante.

Cuando despertamos, nos dimos cuenta que esa suma, estaba pactada para todo el tiempo de operación de la minera. La palabra devastación que usamos para referirnos a las operaciones de la Barrick, la significamos en su estricto sentido; esta empresa ha extendido sus operaciones a tal punto, que no le ha importado la subsistencia de vida humana en toda la zona.

Monte Negro era la parte de Pueblo Viejo que garantizaba la vida de los agricultores y residentes en las pendientes de las montañas; era una fuente acuífera para sostener las necesidades de toda vida de la zona, incluyendo los 3,600 trabajadores que dice Barrick que trabajan para ellos; pues, ¿Qué ha pasado? Monte Negro fue devastado.

De esa fuente acuífera se alimentaban los afluentes Magajita, Mejita y el rio que por la vertiente opuesta llevaba el agua a la Piñita y a Zambrana Arriba. Desde hace algún tiempo, la empresa para calmar la indignación de los residentes de la zona, viene repartiendo botellones de agua semanalmente, para el uso de las necesidades perentorias de las familias afectadas por la falta del preciado líquido.

Ahora, como la presa del Yagal ya no tiene capacidad de almacenamiento, la empresa se propone construir otra presa de colas sobre los terrenos de los campesinos de Zambrana Arriba y sus alrededores.

Pero, ante tanto abuso e indiferencia por la vida de toda una región del país, los dominicanos debemos estar consciente de que, ni la Rosario, ni la Barrick Gold son las verdaderas culpables de nuestro desastroso destino; las empresas son como las muñecas de escaparate, lindas, sonrientes, preciosas, pero no tienen alma.

El verdadero culpable del deterioro ambiental y los conflictos sociales, en que esas mineras han sumergido al país, es el Estado dominicano en sus diferentes administraciones, por no velar de una manera responsable por la salud física y humana de la República Dominicana.

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