FLORIDA (NBAMANIACS.com).-Hay una generación que se enganchó a la NBA por culpa de un señor 1,88 capaz de meter un balón en el aro desde cualquier sitio. Una generación que se levantaba cada mañana a ver en redes los triples imposible que había anotado la madrugada anterior y que hoy sonríe porque vuelve a sentirse como entonces. Y sonríe porque su jugador favorito lo hace. Porque el Stephen Curry que conquistó el mundo ha vuelto.
Y si Curry vuelve significa que han vuelto los Warriors, que se llevaron de Orlando su quinto triunfo consecutivo al vencer por 115-121 y que ya sueñan con el salto al sexto puesto del Oeste, situado a solo medio partido. Y sueñan con motivos y con argumentos.
Curry puede, en cualquier momento y en cualquier contexto, sacarse un recital de triples de la manga. Y hoy le tocó hacerlo en tramos muy diversos. En un encuentro muy cambiante y que pasó por varias fases para los suyos, supo aparecer en cada una de ellas para redondear una noche redonda en la que los de Kerr necesitaron todas y cada una de sus aportaciones.
Y es que el partido no empezó con el contexto más idóneo. Hay exhibiciones que llegan con el viento a favor, entre vítores de la grada y risas de celebración que hacen todo más sencillo. No fue el caso. Steph tuvo que fabricarse en solitario su propio viento a favor después de capear el temporal de los Magic, algo que hizo de la mejor manera que sabe.
Orlando llegó a colocarse 17 arriba en la primera mitad, en la que Paolo Banchero parecía de hecho dispuesto a echar un pulso al base. Sus canastas en la pintura llevaron en volandas a los locales con el apoyo de Franz Wagner, mientras que en el otro lado un Curry prácticamente dejado a su suerte tenía que inventarse triples para mantener vivos a los suyos.
Con su 5/7 contrastando con el 3/16 de sus compañeros, los Magic parecían tener que preocuparse de un solo hombre. Pero no se trataba de un hombre cualquiera, como dejó claro con sus lejanísimos triples, incluido uno desde su propio campo que dejó claro que era uno de esos días en los que todo lo que le puede salir bien sale bien y en los que la tostada cae por el lado que sea pero cae dentro del aro.
Pero si la primera mitad no había sido suficiente, en el tercer cuarto llegó la absoluta locura. Llegó el Steph desatado, al que no puedes dejar respirar a riesgo de que sume tres puntos al marcador. Con cada triple revertía un poco más la dinámica, primero recortando la diferencia a favor de Orlando y poco después ampliando la propia. Con cada triple aumentaba un poco más la paranoia en una defensa que solo podía pensar en él. Y ni así era suficiente.
Si en la primera mitad llegaron cinco triples, en el tercer cuarto añadió otros cuatro para alcanzar los nueve, una cifra a la que se ha ido en 45 ocasiones mientras que nadie más en la historia ha pasado de las 14.
Mientras esto ocurría, Quinten Post se animaba a echar una mano y a castigar la atracción generada por el base para seguir sumando. Y así, lo que unos minutos antes era un duelo controlado tranquilamente por Orlando, se convirtió en un choque muy de cara para Golden State. El efecto Curry en su máximo esplendor. Y aún queda más.
Porque cuando volvió a pista en el último cuarto, los Magic solo tenían ojos para él. Cada bloqueo indirecto que recibía les hacía activar el código rojo, cada vez que se hacía con un mínimo de espacio algún defensa corría desesperado a la ayuda para intentar puntear en tiro que se convertía en finta y hacía volar al iluso defensor. El cuadro de Mosley aprendió por las malas que no había manera. Hoy estaba escrito que no podían ganar. Para qué vas a luchar contra los elementos.
Los de Florida lograron pese a todo apretar el marcador y obligar a Curry a seguir brillando hasta el final, lo cual solo sirvió para incentivarlo a ir a por su 12º triple y agrandar su marca cuando sentenció el duelo desde el tiro libre. Con 56 puntos, firmó la cuarta mejor marca de su carrera y su primer partido verdaderamente demencial de la temporada. El primero de los de llevarse las manos a la cabeza cada dos minutos.
Y si, tras unos meses duros y de muchos problemas, de repente Steph está así, a lo mejor los Warriors tienen más que decir de lo que pensábamos.
Más allá de Steph, de quien ya hemos dicho todo lo que se podía decir, estos fueron los hombres clave de la noche.
Pocas veces 41 puntos quedaron tan eclipsados. El ala-pívot tiró de los Magic en una primera parte magistral y trató de combatir la exhibición de Curry en la segunda. Pero hay cotas a las que los simples mortales no pueden llegar.
Perfecto escudero de Banchero, colaboró con 27 tantos para hacer que los Magic llegaran todo lo vivos que les fuera posible a los últimos minutos. Aportó además 4 asistencias y robó 3 balones con un buen trabajo defensivo.
Steve Kerr se lo sacó de la G League hará cosa de un mes y de repente se ha convertido en un jugador importante para el equipo. Con 18 puntos, 16 de ellos en la segunda mitad, fue clave tanto en la remontada como a la hora de mantener la ventaja, dando a Curry el apoyo justo en una noche en la que el resto de hombres importantes apenas anotaron.