- Miércoles, 19 de Marzo, 2025
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ESTADOS UNIDOS (NBAMANIACS.com).-La ausencia de Stephen Curry no impidió a Golden State aprovecharse de unos Bucks en horas bajas. Apenas un día después de caer ante unos Nuggets sin Jokic ni Murray, los de Steve Kerr han demostrado que también saben ganar sin sus estrellas al derrotar a los de Wisconsin por 104-93, agravando la crisis de resultados que han sufrido en las últimas semanas.
Cualquiera diría que Steph no fue el único en tomarse una noche de descanso. Giannis Antetokounmpo y Damian Lillard han tenido partidos flojos a nivel individual a lo largo del curso, pero la de esta noche fue seguramente su peor actuación conjunta desde que comparten vestuario. Ninguno de los dos pudo en ningún momento tomar el mando de los suyos, y cada mala finalización del griego iba seguida de una mala decisión del base.
Y si las cosas van así, estos Bucks no tienen otros recursos para doblegar a cualquier equipo serio que se les ponga delante.
Esto se hizo evidente durante la primera mitad, en la que la excelente labor de Draymond Green sobre Giannis y la agresiva defensa perimetral de Golden State generaron tramos de absoluta sequía en los visitantes. Los californianos ni siquiera necesitaron un excelente rendimiento ofensivo para colocarse 17 arriba, pues Milwaukee, y no precisamente por primera vez, evidenció claras carencias en la generación ofensiva que, ante el buen trabajo local, le hicieron quedarse en unos pobres 44 puntos al descanso.
Así, los Warriors no necesitaron más que algunos tramos de acierto exterior para ir abriendo una diferencia que empezaba a irse control. Con pequeñas rachas de Quinten Post, Buddy Hield o Brandin Podziemski, los tantos iban se iban sumando al marcador y el Chase Center empezaba a recuperar la alegría que el excelente momento de los suyos les ha devuelto.
Los de los Nuggets empezaba a parecer un accidente fácil de olvidar. Volvían los Warriors que ilusionan.
Sin embargo, el choque vivió un giro de 180 grados difícil de explicar tras el descanso. Los Bucks, comandados por lo triples de Kyle Kuzma, despertaron de la nada, subieron el nivel de intensidad defensiva y empezaron a generar pérdidas en Golden State, que no sabía como reaccionar. Las tornas se habían invertido por completo.
Fue uno de esos tramos que hacen cierta la frase de que el baloncesto es un estado mental. Milwaukee, que parecía un equipo muerto hacía unos minutos, de repente creía, mordía, anotaba desde fuera y parecía volar por la pista. Los Warriors, dominadores hasta el momento, de pronto no tenían una sola idea. Y en cuestión de minutos, los de Rivers dieron la vuelta al encuentro y, tras una flagrante de Kuminga fruto de la desesperación, parecían destinados a llevárselo.
No obstante, cuando un equipo es tan frágil mentalmente, se paga caro. Y estos Bucks, propensos a la fragilidad, perpetraron un horrible tramo de baloncesto que tiró por tierra su esfuerzo.
De estar 6 arriba a falta de 45 segundos para cerrar el tercer cuarto, pasaron a estar 2 abajo tras un último minuto de baloncesto infame. Y a ese parcial de 8-0 para acabar el tercer periodo le siguió otro idéntico para abrir el cuarto. En un abrir y cerrar de ojos, Golden State estaba 10 arriba otra vez. Y ahora no iban a volver a dejarse remontar.
Se encargó de ello Jimmy Butler, que cogió la batuta del encuentro y, con su capacidad para anotar desde media distancia o forzar viajes a la línea de tiros libres, devolvió la calma y el orden al ataque de los Warriors e hizo que todo volviera a funcionar. Y cuando la defensa sobre él se hizo más agresiva, hizo que el balón circulara y permitió que Podziemski y Payton mataran el choque desde el triple.
Mientras, en el otro lado, Giannis y Lillard no eran capaces de encontrar espacios y no pudieron evitar que los suyos se pasaran los últimos cuatro minutos sin sumar un solo punto, cuajando otra de esas actuaciones que hacen tan difícil creer en estos Bucks de cara a playoffs.
