ITALIA.-El gran Nino Benvenuti ha fallecido a los ochenta y siete años, y con él, una época dorada del boxeo ha quedado relegada a las páginas de la historia, pero jamás será olvidada.
Benvenuti, inducido al Salón de la Fama en 1992 y con un récord de 82-7-1 (35 nocauts), es reconocido, con razón y ampliamente, como uno de los mejores boxeadores de la historia.
Su estilo y fuerza lo convirtieron en un oponente formidable para todos los rivales a los que se enfrentó, y esa lista de oponentes lo dice todo: Emile Griffith, Dick Tiger, Luis Rodríguez y Carlos Monzón se encontraban entre los campeones mundiales que podían avalar la brillantez de Benvenuti.
Nino se enamoró del boxeo a los trece años y su pasión por el boxeo dio inicio a una odisea épica. De los ciento veinte combates amateur que disputó, ¡solo perdió uno! La cima de su carrera amateur llegó en los Juegos Olímpicos de Roma de 1960, cuando ganó el oro en superwelter y el prestigioso Premio Val Barker por su destacada actuación, eclipsando incluso a Cassius Clay.
Nino se convirtió en profesional en 1961 y cada uno de sus noventa combates fue un thriller. Encarnó la técnica, la potencia de sus golpes, la inteligencia táctica y un coraje inquebrantable. Todo esto, complementado con una apariencia de estrella de cine y una personalidad afable, cálida y amable, lo que le valió ser adorado en toda Italia… y, por cierto, en el mundo entero.
En la Convención del Consejo Mundial de Boxeo en Bakú, los campeones acudieron en masa para rendir homenaje a Nino. Impecablemente vestido, aunque modesto, elegante y magnífico, sonrió con timidez y se mostró sumamente amable. El sello de un Grande.“Nino es un héroe. Siempre estará en nuestros pensamientos y corazones. Le dio a Italia mucha alegría y es inolvidable. Ganar el Trofeo Val Barker, así como la Medalla de Oro en Roma, en los mismos Juegos Olímpicos que Cassius Clay y luego Muhammad Ali, lo dice todo. Marca la diferencia”, dijo Betti.
Como hombre, Nino era una gran personalidad y muy popular. En Italia tenemos grandes campeones. Nino era un boxeador fabuloso, pero también dominaba su popularidad. Podía hablar con cualquiera, era un orador maravilloso y un atleta excepcional. Tras su carrera boxística, seguía en gran forma. Hay campeones y campeones. Nino era muy especial.
Cuando Nino perdió contra Carlos Monzón en 1970 en Roma, fue un día muy triste, y luego vino la revancha. No solo en el deporte, sino que cuando un campeón termina, hay otro que lo reemplaza. Isaac Newton murió, pero luego tuvimos a Alberto Einstein. La historia crea cosas muy especiales. El deporte es como la vida.