Hombre habría premeditado matar a su esposa e hijastro en El Progreso, aseguran familiares

KILOMETRO 13, SANTO DOMINGO.- Luego de haber sido asesinados en su propia casa por Luis Alberto Díaz Cruz, esposo y padrastro de las víctimas, los restos de Noemy Marte, de 38 años, y su hijo de 8, fueron velados y sepultados este jueves en el cementerio Cristo Redentor, en medio del dolor de familiares, vecinos y allegados que aún no salen del asombro por el doble homicidio ocurrido la noche del martes en el sector El Progreso, en el kilómetro 17 de la autopista Duarte.

Durante el velorio, entre llantos e impotencia, la tía de la víctima, Rafaela Encarnación Mateo, expresó que aunque la familia no notó señales recientes de violencia, tras visitar el lugar de los hechos está convencida de que el crimen fue premeditado. “No sabemos cuál fue el motivo, pero por cómo ocurrió todo, parece que él lo tenía planeado”, declaró.

En la vivienda donde ocurrió el ataque, vecinos contaron que fue la hija mayor, de apenas 13 años, quien escapó tras el intento de abuso sexual por parte de su padrastro y alertó a la comunidad.
“Ella está llorando, estoy tratando de calmarla, mató a mi mamá y a mi hermano”, fueron las palabras que escucharon los vecinos al recibir a la niña.

Francisco Ramírez, uno de los vecinos que la asistió, narró que luego de resguardar a la menor, acudió con un policía al interior de la vivienda, donde encontró a Noemy y al niño sin vida: “Cuando entramos, lo primero que veo es el reguero de sangre en la sala”, dijo. Ambos cuerpos yacían juntos, uno con la cabeza recostada sobre el otro.

Luis Alberto Díaz Cruz fue arrestado esa misma noche, pero falleció horas más tarde en el destacamento, tras ser llevado al Hospital Municipal Las Caobas. Las autoridades no han ofrecido detalles claros sobre la causa de su muerte.

Vecinos como Ricardo Paredes y el propio Francisco Ramírez lamentaron que el agresor muriera sin enfrentar la justicia. “Al final, él no pagó por lo que hizo”, dijo Ramírez.

El crimen ha conmocionado a toda la comunidad, que tan solo horas antes había compartido con Noemy en su cumpleaños. Hoy, la hija sobreviviente queda como único testimonio de una noche trágica que marcó para siempre a su familia y a su comunidad.