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  • Por: La Redacción
  • domingo 06 julio, 2025

En 1986 Balaguer estuvo cerca de disolver la PN, argumentando descomposición en la uniformada

Luis Acosta Moreta describe en su libro cómo Guaroa Liranzo frenó el plan de Balaguer para disolver la policía. Hoy, la institución sigue en proceso de reforma, aunque persisten problemas de corrupción policial.

SANTO DOMINGO, RD.- Corrían los últimos meses de 1986, el año en que el doctor Joaquín Balaguer había retornado al poder luego de ocho años fuera del Palacio Nacional, tras ser derrotado por el hacendado de Santiago, Antonio Guzmán Fernández, y el Partido Revolucionario Dominicano, en las traumáticas elecciones del 16 de mayo de 1978.

Al asumir de nuevo la presidencia de la República el 16 de agosto de 1986, el doctor Joaquín Balaguer se encontró con una agencia policial en acelerado proceso de descomposición, que había registrado su primer gran escándalo de corrupción en 1981 cando el ex coronel Aridio Descartes Pérez, comandante del Departamento de Investigaciones contra Narcóticos y Drogas Peligrosas de la Policía fue enjuiciado y condenado por robo y tráfico de estupefacientes.

El plan de disolución de la Policía que trajo Balaguer a su retorno al Palacio Nacional está reseñado en el libro “La casa del presidente Joaquín Balaguer, Máximo Gómez 25, parte atrás”, la nueva obra de Luis Acosta Moreta, Luís El Gallo, que será puesta en circulación el próximo lunes 14 de julio, coincidiendo con el 23 aniversario de la muerte del líder histórico del Partido Reformista Social Cristiano.

A casi cuatro décadas de aquel entonces, Acosta Moreta narra en su nuevo libro como se dejó sin efecto el plan de disolución de la Policía Nacional, una institución que hoy se mantiene en pie y envuelta en un proceso de reforma a largo plazo, asumido por la administración del presidente Luis Rodolfo Abinader.

“Balaguer tenía en sus planes disolver la policía y meter a los guardias, y quien cambia esa idea es Guaroa Liranzo, diciéndole que aquí había una academia de la Policía y que Rafael del Socorro Payans, el primer oficial graduado de la Academia era el hombre adecuado, y Balaguer lo nombra como jefe de la Policía. Y nada se logró”, escribe en su libro Luis Acosta Moreta.

Luis El Gallo agrega, sin embargo, que la posición más buscada en la Policía no era la dirección del Departamento Antinarcóticos, sino el puesto de juegos ilegales.

“Los sábados salían los sargentos a buscar a todos los aguanteros que tenían que cantiarse y el dinero acumulado se lo repartían por rangos. Cuando Balaguer legaliza las bancas de apuestas deportivas y las rifas de aguantes ya los riferos no tenían que darle dinero a los sargentos y los sargentos a los de mayores rangos. Entonces es que se encuentran con los puntos de drogas”, recordó el escritor y dirigente político, presidente de la Unión Demócrata Cristiana –UDC-.

Se recuerda que luego de la creación de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), mediante la ley 50-88 del 30 de mayo de 1988, la Policía estuvo excluida por 20 años de los asuntos antinarcóticos, hasta que se creó el Dican en el 2008, eliminado en el 2021 luego de una larga lista de escándalos sobre robos de drogas por los propios agentes policiales y protección a narcotraficantes.

En su libro, Luis Acosta Moreta resalta el poder de mando que tenía en la casa del presidente Balaguer el fallecido ingeniero Manuel Guaroa Liranzo, quien frenó el plan de disolución que tenía el jefe de Estado para la Policía Nacional.

Revela que nunca se llevó bien con Guaroa Liranzo y que ese enfrentamiento entre ambos se prolongó todo el tiempo que trabajaron juntos en la casa del presidente Balaguer, porque él defendía al líder reformista, mientras el empresario de la construcción conspiraba en contra del jefe de Estado.

“Esta persona, de personalidad rígida, de hablar impreciso y con una limitación de cojera en la pierna derecha, alcanzó un dominio casi total en la casa de Balaguer, salvo en Samuel Pereyra y yo, que obedecíamos solo al mandatario”, expresa en su obra Luis El Gallo.

Recuerda, Acosta Moreta, que Manuel Guaroa Liranzo procedía del Movimiento de Integración Democrática –MIDA-, la organización política que fundara al final de la década del 60 el exvicepresidente de la República, Francisco Augusto Lora, distanciado de Balaguer por las aspiraciones reeleccionistas del presidente.

“Balaguer entendía que el trato mío era con él. Y yo no quería involucrarme ni con guardias ni con nada, menos con Guaroa. Balaguer nos tenía, a Samuel y a mí, para controlar a Guaroa. Pero Guaroa tenía todo bajo su mando, y esto lo vimos, lo sentimos, lo sufrimos hasta que dejamos la casa de la Máximo Gómez 25, tanto la parte delantera como la parte de atrás, pese a la oposición de doña Emma (hermana de Balaguer), pero, al final se hizo realidad”, reseña Luis El Gallo en su nuevo libro, que será puesto en circulación el lunes 14 de julio a las cinco de la tarde, en la plaza Joaquín Balaguer, en el parque Mirador Sur.

Hoy una Comisión de Reforma Policial desarrolla una serie de acciones para perfeccionar un nuevo modelo de servicio, que incluye un intenso proceso de reentrenamiento del personal, redistribución de más de 3,000 agentes, mejoras en equipamiento, más formación y mejores condiciones de trabajo.

A pesar de esa labor, que unos aplauden y otros cuestionan, todavía son muchos los agentes policiales que se ven involucrados en acciones contrarias a la noble tarea de protección y orden que está llamada a desempeñar la Policía Nacional a favor de la población.

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