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En muchos hogares dominicanos, el Día del Padre es una fecha para abrazar, recordar y celebrar. Sin embargo, debajo del Puente Francisco del Rosario Sánchez, conocido como el puente de La 17, en el Distrito Nacional, la esperanza de recibir una llamada o un regalo se mezcla con la angustia de un inminente desalojo mal remunerado.
Más de medio centenar de familias que durante décadas han hecho de ese espacio su hogar enfrentan la incertidumbre de ser desalojadas por las autoridades debido al mal estado estructural del puente, lo cual pone en riesgo sus vidas.
Uno de ellos es Simeón Morillo, quien lleva 35 años residiendo debajo del puente de La 17. Con su vivienda marcada, asegura que el Gobierno no ha reconocido el tiempo que han vivido allí.
A sus 70 años, Aurelio Lorenzo lamenta no haber recibido ni una llamada de sus hijos este Día del Padre. Después de casi 47 años viviendo bajo el puente y habiendo criado allí a sus cinco hijos, hoy lo único que tiene seguro es que debe ir a firmar la documentación para abandonar su hogar.
Otros, como Víctor Martínez, prefieren no anticiparse a lo que pueda pasar y optan por aferrarse a Dios. El Gobierno inició el desalojo total de las familias que habitan debajo del puente Francisco del Rosario Sánchez y, aunque ya se han entregado algunas compensaciones económicas por sus viviendas, muchos residentes temen que el monto ofrecido, que va desde 100 mil hasta 400 mil pesos, no sea suficiente para reubicarse dignamente.
