HERRERA.- A solo dos días para la Nochebuena, residentes en el sector Enriquillo, en Herrera, Santo Domingo Oeste, aseguran que la tradicional dinamización económica propia del mes de diciembre no se ha sentido este año, describiendo unas navidades marcadas por la lentitud del comercio, la falta de ayudas gubernamentales y una creciente preocupación por la delincuencia.
Luego de un recorrido por distintos puntos de Herrera y varias conversaciones con moradores del sector Enriquillo, se constató que las expectativas para las festividades navideñas son bajas. Los ciudadanos afirman que, a diferencia de otros años, la economía no muestra el movimiento habitual en esta etapa, cuando históricamente el consumo y la circulación de dinero suelen incrementarse.
Algunos residentes manifestaron su inconformidad por la falta de apoyo estatal, asegurando que esperaban mayor generosidad por parte del Gobierno. Ana Silvia, residente del sector, expresó que no recibió ninguna ayuda. “A mí ni siquiera el cariñito que da Abinader me salió. Parece que no estoy en la lista. La vida está que por aquí ni cena navideña va a haber porque cuarto no hay. Una cenita cuesta entre 10 y 15 mil pesos y no hay dinero para comprar”, afirmó.
En el mismo tenor, Martha Tolentino Martínez señaló que no ha visto ningún tipo de asistencia. “Yo no he visto nada en absoluto, ni bono, ni canasta, ni funda, ni nada”, dijo. Mientras que Sergio Almanzar consideró que el nivel de inconformidad es tal que incluso las ayudas ofrecidas han sido rechazadas por algunos ciudadanos. “La Navidad está tan buena que la fundita que le están dando a la gente ni la quieren coger, de tanta inconformidad que hay a nivel del país”, sostuvo.
Otros moradores perciben un flujo tímido de dinero en las calles y expresan preocupación por el aumento de la delincuencia, una situación que, aseguran, suele intensificarse durante estas fechas. “Tan feas las Navidades, no hay de nada, no hay dinero”, manifestó Ángela María Tavárez Brito. Por su parte, Starlyn Hernández afirmó que la lentitud económica se combina con el temor a la inseguridad. “La cosa está lenta y ahora que llegó la Navidad la delincuencia está fuerte; los tigueres andan muy duros”, comentó.
Ángel Martínez resumió el sentir general de resignación entre los residentes. “Seguimos para adelante, pero esto es bíblico, que los tiempos siguen de mal en peor”, expresó.
El ambiente que se vive en este sector dista del carácter festivo que tradicionalmente acompaña la temporada navideña. Entre el bajo flujo de dinero, el temor al incremento de la delincuencia y la percepción de una escasa ayuda gubernamental, los ciudadanos aseguran que estas navidades se viven con más preocupación que esperanza, reflejando una realidad que contrasta con las expectativas propias de fin de año.