SANTO DOMINGO.- El año 2025 quedará inscrito en la memoria colectiva de los dominicanos como uno de los más intensos, contrastantes y emotivos para el arte, el espectáculo y la cultura. Fue un período marcado tanto por hitos históricos de reconocimiento internacional como por tragedias que estremecieron profundamente al país, dejando huellas imborrables en la música, el cine y la vida cultural nacional.
Desde el primer trimestre del año, el arte dominicano ocupó titulares internacionales cuando la actriz de origen dominicano Zoe Saldaña ganó el Premio Óscar a Mejor Actriz de Reparto el 3 de marzo de 2025, por su participación en la película Emilia Pérez. El hecho fue celebrado como un triunfo nacional y regional, al convertirse en la primera dominicana en recibir una estatuilla de la Academia.
Pero apenas un mes después, el país pasó de la celebración al luto. Cuando durante un concierto de merengue en la emblemática discoteca Jet Set El 8 de abril de 2025, el colapso del techo del local provocó la muerte de más de doscientas personas, entre ellas el legendario merenguero Rubby Pérez, quien se encontraba en tarima en el momento del derrumbe.
El 2025 también estuvo marcado por la partida de otras figuras relevantes de la cultura dominicana, como los merengueros Félix Cumbé y Diómedes Núñez, así como los compositores y artistas Cheo Zorrilla y Dharío Primero, entre otros.
En medio de ese panorama de pérdidas y homenajes, el entretenimiento volvió a convertirse en un espacio de encuentro colectivo hacia finales de año. Los días 21 y 22 de noviembre, el artista puertorriqueño Bad Bunny eligió a Santo Domingo como punto de partida de su gira mundial Debí Tirar Más Fotos World Tour, con dos conciertos multitudinarios en el Estadio Olímpico Félix Sánchez.
Así, el 2025 se cerró como un año de contrastes: de orgullo y dolor, de celebración y duelo, de escenarios llenos y despedidas definitivas. Entre ovaciones y lágrimas, los dominicanos vivieron un año que no solo dejó grandes acontecimientos, sino que recordó que la cultura no es solo entretenimiento, sino una forma de narrar quiénes somos como sociedad.