No hay fiesta que identifique mas a los Estados Unidos que el Día de Acción de Gracias, también llamado ¨el día del pavo¨ por nuestros compatriotas que viven en el país del norte, que se celebra el ultimo jueves del mes de noviembre de cada año, desde que en 1863 el entonces presidente Abraham Lincoln oficializó un día para ¨dar gracias¨ como forma de intentar restablecer el sentido nacional en medio de la guerra civil.
Esta celebración está vinculada de forma intima con la tradición norteamericana, se dice que a la llegada de los peregrinos desde Europa, los cuales escaparon de las persecuciones por sus creencias religiosas, en 1621 los indios se unieron a los europeos en una celebración por las cosechas del fin del otoño y agradecerles les hubieran enseñado técnicas de como sobrevivir cultivando y cazando.
Según la leyenda la fiesta duró tres días durante los cuales los indígenas llevaron pavos y venados para comer, mientras los peregrinos cocinaron granos cultivados en esa región y compartieron juntos los alimentos en un ejemplo de las pocas ocasiones en que estos grupos hicieron algo juntos que no fuera matarse los unos a los otros.
Hasta aquí una historia netamente estadounidense, que para nada tiene que ver con la tierra del merengue y la bachata, excepto por la transferencia de cultura que se ha producido en las últimas décadas, sobretodo por la gran cantidad de dominicanos y sus descendientes que viven en ese país, lo que para nosotros es un reflejo de lo plano que se ha convertido el mundo tal como lo asegura Thomas Friedman en un libro muy famoso escrito hace unos años.
Solo que no se porque todas las celebraciones de Thanksgiving que hemos visto esta semana, donde no quedó un solo pavo en los supermercados de la capital, nos trajo a la memoria el episodio aquel de los ¨americanos¨ que se vieron envueltos en un incidente en la carretera internacional, y que tanta tinta y opiniones produjo, incluyendo varias primeras planas de los diarios nacionales.
Lo cierto es que nos ¨sotoreímos¨ al ver como los nacionalistas radicales del patio, los que incluso parece querían que un par de militares con fusiles M-16 dispararan contra civiles armados con palos y piedras por una imprudencia cometida por un grupito de ¨americanos¨ en la frontera, se callan y no protestan por la invasión cultural que se expresa en una fiesta de thanksgiving que no tiene nada que ver con la historia de la República Dominicana.
Porque si de nacionalismo se trata este debería ser sincero y amplio, rechazar todo lo que atente contra lo dominicano, profundizar en nuestra historia e intentar que las costumbres extranjeras, ya sea el ga-ga, el maní, los palos o la fiesta de acción de gracias, que para los fines son todas ¨extranjeras¨ sean echadas a un lado y para nada se puedan celebrar en nuestro territorio.
Solo que esto no va a ocurrir, porque de lo que se trata es de rechazar la parte negra de nuestras manifestaciones culturales porque nos recuerdan que somos una mezcla donde los negros esclavos, los mismos que llegaron de Africa y hablan inglés en Jamaica, Creole en Haití y español en Cuba, Puerto Rico y Dominicana, explican el cómo somos y es un hilo conductor que se extiende por todas las Antillas.
Muy orondos y porque nos creemos blancos, preferimos mirar hacia el norte, a los Estados Unidos y hasta acoger públicamente una celebración de la tradicionalidad norteamericana, porque como muy bien dijo uno de los médicos que hizo el escándalo por un episodio que ocurre en cualquier frontera conflictiva del mundo, a el le pidieron no hablar para hacerse pasar por ¨americano¨.
Y eso de que nos hacemos pasar por ¨americanos¨ no es mas que la negación de que para nada tenemos rasgos anglosajones ni nada que se le parezca, en los Estados Unidos los que podemos ser mas ¨claritos¨ que la mayoría de nuestros conciudadanos somos llamados ¨hispanics¨, lo que quiere decir que somos algo extraño y diferente.
Pero no solo queremos ser ¨americanos¨ celebrando una fiesta de los Estados Unidos, no creemos que en otro país hispanoamericano se celebre con mas bombo y despliegue el Thanksgiving que en la República Dominicana, también nos dedicamos a gastar hasta lo que no podemos en el Black Friday, algo que tampoco criticamos por supuesto pero si lo deberían hacer los ultranacionalistas del patio.
Es mas, hoy en la mañana muchos de esos que quisieran desaparecer a los haitianos de la isla y echarlos al mar, debieron amanecer con carteles frente a las tiendas mas grandes en todo el país, las cuales han desplegado una enorme cantidad de promoción para las vender a precios especiales en la fecha que marca la temporada de compras en los Estados Unidos, el llamado Black Friday.
Esta es otra tradición norteamericana cuyo origen no esta muy claro, algunos hablan de los números contables de los comerciantes que se convertían de rojos a negros por el volumen de ventas del día después de acciones de gracias o que tiene que ver con la densidad de transito ese mismo día en la ciudad de Filadelfia, lo que sea es algo netamente estadounidense y no tiene nada que ver con nuestras historia.
Por supuesto que en nuestro caso creemos que todo esto no es mas que una muestra de como los fenómenos culturales van cruzando fronteras a medida que los seres humanos nos desplazamos de un lado a otro de este planeta que cada vez es mas pequeño por la revolución en las comunicaciones y el desplazamiento de grandes poblaciones que cruzan fronteras buscando mejor calidad de vida.
No criticaremos nunca a los que se acogen al ¨Día de Acción de Gracias¨ o a los que salen y aprovechan las ofertas del ¨Black Friday¨, son fenómenos de la modernidad, solo que no por eso nos vamos a creer que somos ¨americanos¨ porque no lo somos, somos hispanos y habitantes de un país donde el sincretismo y el mulato es lo que prima por sobretodos las cosas.
Ahora, a los que se creen ¨americanos¨ les tenemos la solución para cuando se acerquen a la frontera, solo tienen que llevar un pavo o su factura del Black Friday, es posible que con eso y hablar extraño no les pase nada, como ocurrió con los viajeros aquellos.
Es que de aquel lado solo viven personas negras que no parecen ¨americanos¨, ni tienen idea de lo que es el Thanksgiving.