¿Puede ganar el PLD sin el danilismo?; Ay esos genios sin cerebro

En una comparecencia radial hace algunos días, el miembro del Comité Central del partido de gobierno y además funcionario destacado de la actual administración gubernamental

José Ramón Peralta, describió en forma enfática lo que a su juicio es La correlación de fuerzas que se da a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana, cuando se hace el conteo de cual es el apoyo con que cuenta el Presidente Danilo Medina dentro de la estructura formal de esa organización política.

Decía José Ramón, que el danilismo es la fuerza predominante en el PLD porque tiene mayoría, aplastante agregamos nosotros, en el Comité Político, el 70% de los votos en el Comité Central, la mayoría de los senadores y diputados y mas del 65% de los comités intermedios, es decir que la realidad dentro del partido morado es que las fuerzas internas que orienta el Presidente Danilo Medina ganarían, como lo demostraron con la Ley de Partidos en todos los escenarios.

A todo esto habrá que agregarle ahora la admisión de parte de Temístocles Montas, quien debe saber de lo que habla porque es parte del grupo que asumió el PLD al momento de la desaparición física de Juan Bosch, de que es cierto que su organización esta dividida en dos grupos, danilistas y leonelistas, que se disputan la supremacía interna y pareciera que su queja es motivada en que no ha sido posible, ni para el ni para nadie, construir un proyecto alternativo a estos dos liderazgos.

Si damos como un hecho que el PLD, partido de gobierno y de oposición a la vez, esta dividido en dos partes, una evidentemente mayoritaria y otra que es minoría pero podría sumar alrededor del 30% de los organismos de ese partido, entonces son muchos los que plantean que un desprendimiento a causa de la lucha interna produciría una disminución igual a la que se refleja en los organismos de dirección y esto simplemente y no es verdad en la política que se practica en la República Dominicana.

Lo primero es que hay un evidente anquilosamiento y envejecimiento de los liderazgos de todos los partidos tradicionales, incluyendo al PLD, y muchos de los que se consideran líderes e insisten en vivir de los recuerdos de épocas pasadas no se han despertado a la realidad de que cerca del 60% de los electores en nuestro país son de la generación ¨Millenials¨ y ¨Z¨, lo que quiere decir que para muchos de esos muchachos y muchachas los nombres que parecen sonoros, hasta para la prensa nacional, no significan absolutamente nada.

Luego tenemos que considerar que las candidaturas en el PLD serán electas en primarias

abiertas, incluyendo por supuesto quien va a encabezar la boleta como candidato o candidata a la presidencia, en ese escenario las estructuras partidarias no son tan importantes porque cualquiera que se sienta motivado a ir a votar puede hacerlo, solamente el partido podría jugar un papel de importancia si se organizan los grupos en pugna como facilitadores para que los votantes participen en unas elecciones donde generalmente hay baja participación.

Ahora, y esto es lo importante, ¿cuáles son los danilistas?

¿Porque el danilismo se ha convertido en la fuerza hegemónica dentro del PLD?

¿Es cierta la teoría expresada por Leonel de que es el reparto de sobrecitos lo que determina el liderazgo político en la República Dominicana del siglo XXI?

Lo primero que no van a admitir los genios de una facción del PLD y sus aliados de las redes sociales, es que ese partido hace tiempo que depende del liderazgo que se ejerce hacia afuera porque la estructura de esa organización es inexistente, de todos es sabido aunque no admitido, que hace años que los comités intermedios no se reúnen, que los comités provinciales y municipales solo existen en el papel, que los comités de base son inventos y que lo único que es visible porque se reúne de vez en cuando es el comité político y el sello gomígrafo en que se ha convertido el comité central.

Lo otro que no van a admitir, aunque es aritméticamente demostrable, es que la debilidad que mostró el PLD en las elecciones del año 2012, cuando ganó las elecciones por 2 puntos porcentuales de una candidato tan malo como Hipólito Mejía, tuvo su origen en el abandono a que se vio sometida poco mas de una tercera parte de nuestra población que vive en el campo dominicano.

Solo hay que analizar muy superficialmente los resultados de las elecciones de ese año, para advertir que el PLD y su candidato Danilo Medina perdieron en toda la zona rural del país, y que para sacar esa pequeña ventaja que le dio el triunfo electoral y nos libró de la desgracia de ver a Mejía de nuevo en el Palacio Nacional, hubo que recurrir a la búsqueda del voto urbano porque los productores agrícolas rechazaron al partido morado que cayó a su nivel mas bajo de votos desde el año 1994.

Todo esto se revirtió en el año 2016, cuando ese mismo partido obtuvo por primera vez una cantidad de votos que lo ubicó sin alianzas por encima del 50%, y el total con los aliados llevó al actual presidente y su proyecto de reelección a una cantidad de votos cercana al 62%, toda una proeza para un partido que llevaba ya tres periodos consecutivos de gobierno y esto no se logra repartiendo sobrecitos o haciendo favores personales, porque casi tres millones de votos, que fue lo que obtuvo Danilo, son de verdad muchos votos.

Entonces cuando hablamos de danilismo no deberíamos circunscribirnos a estructuras partidarias, casi todas ellas desfasadas, o a nombres propios de directivos del PLD que hace tiempo dejaron de ser dirigentes porque ya no dirigen gente; mas bien deberíamos mirar a los beneficiarios de las políticas publicas aplicadas por el actual gobierno y el Presidente Medina que es la gran masa de votantes que decidirá las próximas elecciones.

El danilismo lo componen las miles de familias que envían a sus hijos a las escuelas públicas ahora con la tanda extendida y con planteles decentes que acogen a millones de niños y niñas en todo el territorio nacional.

El danilismo son los miles de campesinos organizados en cooperativas de productores, los que trabajan en los proyectos agroforestales, los que reciben financiamiento blando y seguimiento de los equipos especializados después de las visitas sorpresa de cada fin de semana, que sumados son el 35% de nuestra población.

El danilismo son las mas de 500 mil personas que están hoy ocupando un puesto de trabajo de los creados en estos poco mas de 6 años de gobierno y que no quieren ni por asomo sentir que se pone en peligro el sustento que ganan y que les ha permitido llevar el pan diario a sus familias.

También el danilismo son los miles de pequeños empresarios que hoy son proveedores del gobierno y que pueden competir en las licitaciones que se realizan en las instituciones públicas, pero mas que eso, con garantía de que cuando ganan y entregan los bienes estos serán pagados a tiempo y sin problema.

Danilistas son los 1.2 millones de dominicanos que han superado el umbral de pobreza en estos seis años, cuando la tasa de pobres disminuyó del 41% al 26%, por primera vez en la República Dominicana hay mas familias con ingresos de clases medias que los que tenemos tipificados como pobres.

También son danilistas los beneficiados por las estancias infantiles, por la construcción y reconstrucción de hospitales en todo el territorio nacional, los que reciben subsidios sociales, los que trabajan en los nuevos hoteles que se multiplican por doquier gracias al clima de inversión de que disfruta la República Dominicana.

Es decir, el danilismo como lo llaman algunos, es mas que una corriente de un partido, porque se expresa en una obra de gobierno que trasciende esas viejas estructuras que necesitan urgente una renovación porque no representan a esta República Dominicana que cada año marca récords de crecimiento dentro de los países de América Latina.

Y si eso es el danilismo, entonces los genios sin cerebro que piensan ganar elecciones tratando de enfrentar a Danilo escogieron el peor de los caminos, porque si las cosas siguen como van, solo con Danilo ganaría el PLD y eso se verá en los próximos meses.