NUEVA YORK.-El golfista estadounidense Tiger Woods centra la atención de los medios y los espectadores concentrados a partir del jueves en Bethpage Black, la sede del Campeonato de la Asociación de Profesionales de Golf de Estados Unidos cerca de la Ciudad de Nueva York.
"Va a haber definitivamente un componente de resistencia conforme avance la semana. Cuatro días jugando un campeonato mentalmente y físicamente duro desgasta", dijo Tiger Woods, que a sus 43 años y con cuatro operaciones de espalda viene de conquistar el décimo quinto grande de su carrera en el Masters de 2019.
Su carrera y su trayectoria histórica en el larguísimo recorrido de Bethpage Black lo ponen como máximo favorito del público y entre los principales candidatos a la victoria. Tiger ganó el Abierto de Estados Unidos en 2002 y quedó sexto en el US Open de 2009 en esta misma sede.
Aunque ha regresado al nivel de los grandes y acaba de recibir la Medalla de la Libertad del manos del Presidente Donald Trump por su carrera profesional, Woods tendrá que vérselas con 155 competidores entre los que se encuentran prácticamente todos los 120 mejores golfistas del mundo.
Tiger saldrá al campo durante los primeros dos días junto con su compatriota Brooks Koepka, número dos del mundo y ganador de la edición anterior, y el italiano Francesco Molinari, con el que perdió varios pulsos en el Open Británico y la Ryder Cup de 2018, aunque se desquitó en el Masters de Augusta.
"Cuando empecé hace 15 años ni siquiera soñaba con enfrentarme a Tiger. Tenemos una buena relación y estoy seguro de que los dos esperamos compartir más momentos importantes en el campo", dijo Molinari, ganador del Abierto Británico de 2018, que espera contar con el apoyo de los italoamericanos neoyorquinos.
Esta edición del Campeonato de la PGA es la primera que se celebra en mayo desde 1948 y la primera vez que se celebra en la zona de Long Island desde 1926. El cambio de la fecha del PGA Championship de agosto a mayo ha conllevado temperaturas más bajas y condiciones más húmedas, que endurecen y alargan aún más el complicado recorrido de Bethpage Black.
Los dos ganadores del US Open en esta sede, Tiger Woods (2002) y el también estadounidense Lucas Glover (2009) tuvieron que pulverizar las cifras de distancia y precisión para poner la bola en el fairway desde el tee y en el green con el segundo golpe en la mayoría de los hoyos.