La población está a la espera de los nuevos detalles que deberán ofrecer las autoridades en torno al caso en el que resultó herido de bala el expelotero dominicano y estrella de los Medias Rojas de Boston, David Ortiz, tras el apresamiento de quien es señalado como el autor intelectual del atentado, Víctor Hugo Gómez Vásquez.
Además de Gómez Vásquez, la policía capturó a Alberto Rodríguez Mota, este último señalado por las autoridades como la persona que pagó para la ejecución del plan, donde resultó herido el expelotero de Grandes Ligas.
Con estos apresamientos se genera gran expectativa, pero que aumenta con el anuncio de la Policía Nacional de que este domingo ofrecería más detalles sobre este hecho que escandalizó al mundo.
Ya son 13 los detenidos por este atentado y faltan dos.
Los apresamientos de Víctor Hugo Gómez Vázquez y Alberto Rodríguez Mota, daría veracidad a la investigación realizada por las autoridades dominicanas. ¿Es Víctor Hugo Gómez Vázquez el autor intelectual? ¿Quién era el verdadero objetivo? ¿Qué rumbo tomarán las investigaciones a partir de estos apresamientos? Son algunas de las interrogantes que han surgido y que este domingo podrían ser aclaradas.
El apresamiento de Víctor Hugo Gómez ocurrió el pasado viernes en Manoguayabo, Santo Domingo Oeste, luego de grabar un video donde dijo el por qué se entregaba. Este señor es acusado de ordenar el crimen en el que resultó baleado el expelotero David Ortiz; también, supuestamente lideraba seis narco-bandas dirigidas por dominicanos en Houston y Galveston Texas, a las que les distribuía heroína, cocaína y fentanilo, y era el enlace entre el cartel de El Golfo, que opera entre México, Colombia y narcotraficantes locales en Estados Unidos.
A muchos le ha parecido extraño que Víctor Hugo Gómez Vázquez supuestamente perteneciendo a una organización como el cartel de El Golfo, haya tenido que disponer de grandes recursos económicos y el despliegue de más de 10 personas para ejecutar a Sixto David Fernández, que, según las autoridades dominicanas, era el blanco de los delincuentes; cuando Sixto David Fernández, según declaraciones de personas cercanas a su negocio, llevaba una vida normal.