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  • Por: Humberto Salazar
  • miércoles 17 julio, 2019

Ernesto Samper y los dineros calientes (aventura política del Cartel de Cali)

Resulta una afrenta inaceptable que un ¨personajillo¨ desacreditado, marcado y señalado como el señor Ernesto Samper Pizano, ex presidente de Colombia, tenga el atrevimiento y la osadía de dirigir un mensaje de twitter en forma directa al presidente de nuestro país Danilo Medina, contando con el apoyo de grupos que hasta hace muy poco tiempo predicaban un nacionalismo a ultranza y una supuesta lucha contra el narcotráfico que al parecer solo era un discurso sin sustancia.

Ya hace varias semanas tuvimos la oportunidad de observar como compartían la misma tarima, aquella de los ¨dos millones de firmas¨, a quienes durante años llevaron a cabo lo que decían era un esfuerzo patriótico en contra de los que trafican con drogas en la República Dominicana, y al señor Samper, quien ha sido el unico presidente latinoamericano a quien se le comprobó, el tesorero de su campaña Fernando Botero lo confesó todo, que fue financiado por el cartel del Cali, aquel de los hermanos Rodríguez Orejuela que hoy cumplen condena en cárceles de los Estados Unidos.

En el día de ayer, este funesto personaje de la política colombiana, tuvo el atrevimiento de opinar sobre un tema que, como la reforma o no de  nuestra constitución, es de la exclusiva decisión de los dominicanos, y peor aún, no sabemos con cual derechos de dirigió directamente al Presidente Danilo Medina, cual si fuera alguien con calidad para trazar pautas a un gobernante que posee lo que este colombiano nunca tuvo, honradez y probidad en todas las situaciones que le ha tocado vivir tanto en la vida pública como privada.

Ernesto Samper fue el presidente de Colombia protagonista del llamado proceso 8000, número que se le dio al expediente por parte de la fiscalía de Colombia, cuando fueron dadas a conocer las grabaciones entregadas a su contendor Andrés Pastrana, donde se escuchaba claramente como los narcos colombianos del Cartel de Cali, describían la forma y manera en que entregaron millones de dólares a la campaña electoral de quien resultó ganador de las elecciones en 1994.

Peor aún, desde la presidencia intentó defenderse hasta que el tesorero de su campaña confesó que Samper sabía todo lo que ocurría con ese financiamiento de los llamados ¨dineros calientes¨ del narcotráfico, y a este presidente colombiano le fue retirada la visa por parte de los Estados Unidos en el ejercicio de su gobierno y pudo salvarse de la condena, después de ser sometido a juicio político, por los habituales ¨tejemanejes¨ de la política latinoamericana.

Para dar una idea de este personaje y como lo califica la prensa de su país, vamos a transcribir un artículo del periódico ¨El Espectador¨ al cumplirse 20 años del escándalo que provocó la confesión de Fernando Botero Zea y que ese periódico tituló: ¨El presidente si sabía¨ (refiriéndose a Samper).

¨Hace 20 años, el lunes 22 de enero de 1996, Colombia empezó a vivir una crisis política de proporciones históricas. Aunque el país llevaba 10 meses a bordo del escándalo del proceso 8000 y empezaban a conocerse nombres de políticos que tenían nexos con el narcotráfico, ese día, en una sucesión de entrevistas, el exministro de Defensa, Fernando Botero Zea, señaló públicamente al entonces presidente Ernesto Samper de saber lo que sucedió con la narco financiación de su campaña electoral.

En entrevista desde su sitio de reclusión en la Escuela de Caballería, el exministro Botero, quien había oficiado como director de la campaña ¨Samper Presidente¨, aseguró que con tristeza debía reconocer que el primer mandatario no solo sabía del ingreso de dineros del Cártel de Cali, como era de este a su campaña electoral, sino que estaba seriamente comprometido en esos hechos. El mismo lunes 22 de enero, Botero reiteró sus señalamientos en la cadena Univisión, el diario Washington Post y el noticiero CM.

En este último noticiero, el periodista Yamid Amat interrogó a Botero Zea sobre las razones que lo habían llevado a cambiar su declaración original en la que defendía a Samper y demás miembros de su campaña electoral, y el interrogado manifestó que la única forma de cerrar el capítulo del escándalo del proceso 8000 era diciendo la verdad, aunque recalcó que el no había sido ni el autor intelectual ni material de la recepción de los dineros ilícitos, pero Samper si sabía de toda la vuelta con el Cartel de Cali.

Como era de esperarse las declaraciones cerraron un revuelo político nacional, y en pocas horas llovían las peticiones a Ernesto Samper para que renunciara a la Presidencia de la República. Esa noche, mientras el país aguardaba expectante a la soluciono de la crisis, el primer mandatario, durante una alocución televisada para todo el país manifestó que el exministro Fernando Botero estaba mintiendo para salvarse y que los colombianos podían dormir tranquilos parque iba a permanecer al frente del Estado.

Desde ese día se vivido un segundo capítulo en la historia del proceso 8000. El primero había arrancado en abril de 1995, cuando la Fiscalía que orientaba Alfonso Valdivieso, abrió investigación contra un significativo grupo de congresistas y funcionarios públicos, por nexos con el Cartel de Cali. Además, ordenó investigar el caso de los narcocassetes, relacionado con el ingreso de dineros del Cartel de Cale a la campaña de Samper. Sin embargo, sobre este último caso, Samper estaba amparado por un acto inhibitorio.

En efecto, a mediados de diciembre 1995, la Comisión de Acusación de la Cámara había optado por inhibirse de iniciar investigaciones contra Ernesto Samper. No obstante, cuando Fernando Botero Zea lo señaló de conocer lo que había sucedido en su campaña política, volvió a reiniciarse la pesquisa contra el Presidente en el Congreso. En aquel enero de 1996, hace 20 años, el asunto derivo en un exaltado debate político sobre lo que debía hacer el primer mandatario para superar la crisis.

En medio del revuelo, el exministro Fernando Botero también arremetido contra los entonces ministros del interior, Horacio Serpa Uribe, y de Comunicaciones, Juan Manuel Turbay, de quienes dijo que también sabían del ingreso de dineros del narcotrafico a la campaña de Samper. Para superar el momento crítico, con renuncias ministeriales abordo, el presidente Samper demostró su habilidad política para superar el grave escollo de su Gobierno, y formuló varias salidas constitucionales que nunca se cumplieron.

En particular Samper planteó promover una consulta popular para definir su permanencia en la Casa de Nariño, convocó a sesiones extras al Congreso para ocuparse de su juzgamiento, propuso un tribunal de cuentas para examinar la contabilidad de su campaña electoral, y anunció su petición al legislativo para levantar la reserva sumarias de su expediente. En parte, estos anuncios le permitieron a Samper capotear el escándalo, pero también sirvió a sus detractores para alinearse con el exministro Botero Zea.

Fueron días de tensión absoluta. Los primeros congresistas implicados en el escándalo del 8000 empezaron a ser detenidos, en un acto inusual, el general Ricardo Emilio Cifuentes anunció públicamente su dimisión con el argumento de que el presidente no merecía su respaldo, y cuando se aguardaba un desenlace judicial, el 2 de febrero se supo del asesinato de una testigo clave para el caso; Elizabeth Montoya de Sarria, conocida como la Monita Retrechera, interlocutora de Samper en uno de los narcocassettes.

El testimonio de Elizabeth Montoya era clave para establecer si otros sectores del narcotráfico habían aportado dineros a la campaña presidencial de Ernesto Samper. Con su asesinato en El Barrio de El Edén, al norte de Bogotá, se enredó aún mas el lío judicial, y crecieron las conjeturas de que también estaban en marcha dos conspiraciones simultáneas: una protagonizada por los detractores de Samper para buscar su ceñida de cualquier manera y otra de sus aliados para que no floreciera la verdad.

El 22 de febrero, un mes después, de la declaración de Botero Zea, el entonces fiscal Alfonso Valdivieso entabló denuncia penal contra el presidente Samper ante la Comisión de Acusación de la Cámara, lo que dio lugar a que la plenaria de la corporación iniciara un juicio de responsabilidades contra el primera mandatario. El juicio se prologo hasta el 12 de junio de 1996 cuando la Cámara por 11 voto a favor y 43 en contra, precluyó la investigación en contra del presidente Ernesto Samper.

Con el tiempo, Fernando Botero Zea fue condenado por enriquecimiento ilícito en beneficio propio. Los exministros Horacio Seria, Juan Manuel Turbay y el excanciller Rodrigo Pardo fueron recluidos por la Fiscalía General de la Nación. El escándalo del proceso 8000 se prolongó un par de los mas, hasta que por desgano judicial o porque nuevos escándalos le quitaron protagonismo, lo dejaron como un capitulo sombrío de la historia contemporánea de Colombia¨.

Fin del articulo.

¿Este personaje tiene alguna calidad para intervenir en nuestra política interna?

 

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