Personeros claves de la cúpula política gubernamental, vienen dando indicios de la situación crítica, casi desesperada en que se encuentra la posibilidad del PLD para el próximo certamen de julio 5 del presente año.
El Lic. José Tomás Pérez, actual Embajador dominicano en Washington EEUU, fue el primero que advirtió en muestra temprana de tacto electoral, para que el partido oficial buscara un acercamiento con el Ex presidente Leonel Fernández, con el fin de evitar la hemorragia que se veía venir de esa reciente herida.
Ese fue un eufemismo muy criticado a lo interno del viejo partido, porque pensaban que eso era una muestra de debilidad, que no tenía razón de ser; bueno también, aquellas críticas no dejaban de ser una reacción avergonzada de los lenguaraces que se habían ensañado solo unos meses antes contra el Presidente Fernández.
En un artículo reciente, que todavía permanece en algunos diarios “el dueño de la Superintendencia de Seguros del gobierno dominicano” y filósofo político para los fines del poder, Dr. Euclides Gutiérrez Félix, advierte que la masa peledeísta no debe tener miedo para confrontar al adversario.
El Dr. Gutiérrez Félix es un viejo zorro político, y sabe muy bien que un guerrero que sale a ruedo sin determinación y lleno de miedo, es una presa fácil del ataque enemigo; nada le librará de ser despedazado en el campo de batalla.
A estos dos señorones de la cúpula del gobierno, se viene a sumar el alarido del Presidente Medina en su arenga ante el Comité Central; cuando Danilo Medina llama ofensivamente “señoritos” a los delegados del viejo partido, que lo representaron en las municipales de marzo, está dejando escapar una impúdica muestra de frustración que no puede ocultar.
Lo que quizás escape a su entendimiento, cegado por su arrogancia es que esos delegados del viejo partido en su gran mayoría no son simples votantes, son personas dotadas con capacidad de raciocinio, que saben muy bien quien es el culpable de la situación de deterioro de ese partido político.
Saben muy bien esos militantes políticos, quienes fueron los que batieron el cobre para llevar a ese Presidente a poder, que luego los defraudó gobernando para su familia y un pequeño grupo, olvidándose del Partido que lo hizo gobernante sin tener ni el perfil, ni el discurso para un digno mandatario.
Además con los alaridos y berrinches en que han devenido sus intervenciones públicas, él no puede ocultar lo desgastado de su gobierno, cada vez más envuelto en escándalos de corrupción; los cuales, crean una situación vergonzosa para los peledeístas probos, que no pueden mantener su cabeza en alto y acudir a los colegios electorales a defender un partido engullido por el escarnio y la traición.
Danilo Medina perdió el poder, cuando decidió dividir el Partido de la Liberación Dominicana; lo que viene el próximo 5 de julio, es simplemente la cosecha de sus múltiples errores.
Comenzará a encogerse al salir del Palacio, y en poco tiempo tendrá la dimensión del verdadero Danilo.