República Dominicana. La política se define como la ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas, especialmente de los Estados. Es la actividad de los que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos que afectan a la sociedad o a un país. En resumen, la política es el ejercicio de la lucha por el poder.
Por tanto, La controversia, la oposición y la confrontación, son elementos consustanciales entre los partidos políticos en una democracia.
Es natural y sano que exista el debate y el choque de ideas entre los dirigentes de divergentes organizaciones políticas, debido a que profesan ideologías políticas disimiles, que conciben el abordaje de los problemas sociales, económicos y políticos de formas diferentes.
Lamentablemente, con mucha frecuencia, en los periodos electorales las paciones de desbordan y el debate oportuno, sano y democrático, se trastorna en una lucha descarnada, insana y antidemocrática. Se impone la campaña sucia, la mentira, la agresión verbal e incluso la violencia.
Pese a todas estas anomalías, la sociedad espera que en tiempos críticos como los actuales, los dirigentes políticos actúen con cordura y depongan sus intereses particulares y de grupo, en favor de los intereses nacionales.
Precisamente, por eso fue que el expresidente Leonel Fernández y el presidente electo Luis Abinader, le pidieron al presidente Danilo Medina, que convocara a las fuerzas políticas, para juntos gestar un plan de acción para conjurar la pandemia.
Lastimosamente no fue así, puesto que el partido de gobierno puso por delante la causa electoral en detrimento de la sociedad dominicana.
Desde marzo, cuando inicio la pandemia hasta el 5 de julio cuando se realizaron las elecciones extraordinarias presidenciales y congresuales, abundaron las denuncias de corrupción por sobrevaluación de las compras de varias instituciones del Estado, pulularon las denuncias de violaciones de las leyes de partido político y electoral, y las redes sociales estuvieron abarrotadas de inconductas politiqueras violando el protocolo sanitario establecido en el Estado de Emergencia, que decretó el Poder Ejecutivo.
El resultado de todas estas inconductas, ha sido el incremento vertiginoso de contagiados y fallecidos por el coronavirus, una pandemia que ha desbordado el sistema sanitario y ha puesto de rodillas la economía nacional.
Está claro que con el accionar político tradicional vamos a sucumbir ante el Covi-19. Urgimos una visión política diferente, y es por eso que debe ser bien ponderada la declaración del presidente Luis Abinader quien afirmó que a partir del 16 de agosto cuando asuma el solio presidencial, visitará al liderazgo político, económico y social, para juntos formular un plan para enfrentar la pandemia y la crisis económica.
La crisis actual nos convoca a dejar de soslayo las diatribas y las diferencias políticas y partidarias, Luis Abinader debe aprovechar su capital político para cohesionar a la sociedad dominicana, a fin acabar con esta crisis que, de no detenerse a tiempo, se tornará inmanejable.