En Honduras solamente 16 de cada 100 personas tienen acceso a un ordenador, en el área urbana; mientras que en las zonas rurales, donde está la mayor población de niños, apenas el 1,9 %, señaló Euceda, profesor universitario de física y director del Sistema de Postgrado de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).Según las autoridades educativas, la enseñanza no presencial está teniendo buena cobertura, en algunos en mayor grado que otros, porque las clases y tareas se asignan por radio, televisión y compañías de cable, pero no dicen que toda esa tecnología no está al acceso de todos los hondureños, principalmente en las áreas rurales.
Situación dramática en primaria y secundaria
Euceda indicó que de nada sirve tener un emisor de mensajes tecnológicos, si no hay un receptor, si no se está llegando a la población meta.
“No es una solución el actual sistema, para aprender a leer y escribir el modelo presencial es insustituible”, enfatizó el reconocido profesional hondureño, quien además indicó que en la reciente encuesta a más de 60.000 personas que hizo la Universidad Pedagógica Francisco Morazán, muchos padres manifestaron “un desencanto enorme” con la enseñanza virtual.
Añadió que la culpa no es de la COVID-19, ni de la tecnología, sino que se trata de un campo altamente especializado y el país no ha tenido tradición de contar con una industria de contenidos digitales para propósitos educativos.
“Entonces, con la excepción de las universidades, donde el nivel de escolaridad de la población es más elevado, en el resto del sistema el golpe ha sido muy duro. En la educación preescolar, primaria y media, la situación es verdaderamente dramática”, expresó el exviceministro de Educación de Honduras.
Niños del primer grado no son atendidos como merecen
A casi 200 años de su independencia de la Corona española, Honduras es uno de los países más pobres de Latinoamérica, en buena parte porque la mayoría de sus gobernantes no han apostado lo suficiente por la educación.
Por esa razón, Euceda considera que el Estado de hecho está expulsando del país a los niños que no son atendidos como se merecen desde el primer grado.
El exviceministro dijo que la situación es muy difícil porque en los últimos cuatro años descendió la matrícula del primer grado, que en 2020 ascendió a 193.000, y es “preocupante, porque el mayor número de deserción se produce en el primer grado».
“Ese niño que perdemos en primer grado no lo recuperamos nunca, porque si hay algo que se tiene en las escuelas, es un irrespeto tremendo a la sobre edad, y el niño que entra a los nueve o diez años a primer grado, casi lo tildan de tonto”, enfatizó.