Hay políticos que hacen “profesión de fe” de conceptos prefabricados, o que se socorren de situaciones anteriores, para predicar y diagnosticar en referentes nuevos; por esta razón, creen que las palabras en la punta de la lengua sin el uso del cerebro son criterios irrebatibles.
Cuatro años atrás, quien afirmara que a la democracia del país le convenía que el Partido de la Liberación Dominicana se dividiera, se vería arrinconado acusado de insensato; sin embargo, mucho tiempo atrás, el irrespeto y la falta a la palabra empeñada, se habían convertido en moneda de pago en esa organización política.
Donde los intereses particulares, se pongan por encima de la dignidad y el respeto a los semejantes y a los compañeros, no puede haber cohesión, y el éxito le será ajeno, sin importar que antes haya habido una pródiga existencia.
Hace una semana, la plenaria de cierre del Congreso constitutivo Profesor Juan Bosch del Partido Fuerza del Pueblo, probó que acaba de nacer en República Dominicana una organización política con decisión y entusiasmo suficiente, como para cambiar definitivamente el espectro político dominicano.
La afluencia de dirigentes dentro y fuera de la media naranja del Centro Olímpico de Santo Domingo, fue algo descomunal para un tiempo excepcional en la vida del mundo y del país en particular. Las normas obligatorias del régimen de salud, fueron desbordadas por el entusiasmo de los asistentes que, aunque conservaron las mascarillas, no pudieron observar el distanciamiento reglamentario.
El PFP nace en un momento crucial en la vida de los dominicanos; una crisis sanitaria con graves consecuencias económicas; una crisis de confianza, que acogota toda la vida de los habitantes del territorio, espiral inflacionaria, problemas fronterizos, caída de los ingresos, despidos masivos, y nuestra industria sin chimenea puesta de rodillas.
La democracia reverdece, cuando nuevas organizaciones surgen para dar batalla en buena lid en el accionar de los pueblos; el Dr. Leonel Fernández acaba de poner, frente al pueblo dominicano una opción diferente a las ya conocidas opciones políticas que se han debatido en nuestro ajedrez durante muchos años.
Esperemos que la consolidación de la nueva fuerza, liderada por el presidente Fernández, traiga transparencia y dignidad al ejercicio de la política en el escenario nacional.