El director de la entidad, Eddy Alcántara, dijo que los responsables de esta práctica fraudulenta y atentatoria contra la salud y seguridad de los consumidores serán enviados ante el Ministerio Público para que sean sancionados por esa práctica “abusiva y criminal”.
El funcionario explicó que el cuerpo de inspectores de Pro Consumidor se trasladó a diferentes zonas de la región del Cibao, principalmente en Santiago, donde encontraron una considerable cantidad de productos alimenticios reenvasados, que ponían en riesgo la salud de la ciudadanía.
“Estos productos se comercializaban sin la debida norma de calidad, higiene, estandarización, utilizando etiquetas de marcas reconocidas, simulando con ello que los mismos son del fabricante original”, agregó.
Alcántara indicó que estos decomisos se produjeron mediante operativos de inspección realizados en diferentes establecimientos comerciales, como supermercados, almacenes y colmados, tras denuncias recibidas por representantes de las industrias afectadas.
“Se trata de una práctica que atenta contra la salud y la seguridad de la gente, además de que afecta al sector productivo nacional estandarizado”, manifestó.
Precisó que estos productos falsificados no cumplían con las garantías mínimas de inocuidad para su comercialización, por lo que violaban la ley 358-05 de protección al consumidor.
Anunció que los responsables de estos actos ilícitos serán sancionados preventivamente y enviados ante el Ministerio Público “para que se inicie un proceso de investigación y sometimiento a la justicia en procura de que se le aplique un régimen de consecuencia considerable para poder erradicar esa práctica abusiva y criminal”.
El titular del órgano defensor de los derechos de los consumidores resaltó que estos operativos se seguirán haciendo en todo el territorio nacional en procura de desmantelar esta red “que produce y empaca estos productos”.
Aseveró que esta práctica es un delito grave, ya que estos alimentos enlatados se vendían bajo nombres comerciales de empresas conocidas, lo que implica que el consumidor confiaba en el producto, por ser marcas que se han ganado el respeto por operar debidamente y con todos los estándares de calidad necesarios.
“El objetivo fundamental de estos operativos es desarticular y erradicar definitivamente esta mala práctica, no solo en los productos enlatados, sino, todos aquellos que son objeto de adulteración y falsificación de etiquetas y representen riesgos a la población”, sostuvo finalmente el funcionario.