José Rafael Sosa
Las comedias, junto con los documentales, iniciaron el cine y no siempre ha sido valorada al punto de que es la gran ausente en festivales de prestigio y premios nacionales o internacionales, como si fueran menos cine que los dramas.
Desde el pasado jueves 11, se proyecta en los cines La Trampa (Frank Perozo, 2022) comedia de situaciones enredadas, que representa un notable avance para el género fílmico a que pertenece, aunque lejos de la impecable excelencia que deseamos de cara al cine del cine ideal.
Se nota que hay un empeño, desde el guión hasta las actuaciones y los recursos técnicos, de elevar el nivel del género y lograr acreditar la comedia como un espectáculo fílmico, que puede que no nos satisfaga e todos sus momentos pero sin duda que hacía falta una comedia así, que reivindica el género pero de forma natural, no por las particularidades de un plan de mercadeo cuidado al extremo. Lo que vemos podrá no ser perfecto, pero es un cine digno y que respeta a la gente.
Lo que la gente ha encontrado es un producto fílmico que genera risas, que hace que la gente sienta que pagó para divertirse.
Loable el trabajo del guión, a cargo de Kendry Yanoreth y Junior Rosado, la fotografía de Francis Adames no tiene nada que envidiar, sobre todo por el manejo de luminosidad y la limpia edición de José Delio Ares, con la salvedad de observar a los guionistas que revisen algunos de sus chistes sobre las mujeres. Una perspectiva que en ocasiones destila tufos de machismo, al propalar los estereotipos femeninos.
La trampa no es perfecta. No estará en festivales internacionales. Puede que no guste a todos los críticos. Adolece de algunos agujeros en sus giros, pero es un producto bueno.
La comedia cultiva el trabajo de la construcción de personajes desde su guión que permite sentir ese rendimiento en Pepe Sierra cuyo rol es gerenciado desde el texto hasta su interpretación, con enorme sentido profesional, similarmente a lo que acontece con Gracielina Olivero, que, sin ser protagonistas, brillan con luminarias propias y el público lo percibe. Sus entradas (de ambos) incrementan tanto el interés del público como la gracia que ambos emanan.
Lo mismo se puede decir de Merymel y de Yasser Michelén.
Perozo juega con las tres líneas de acción y las desemboca, como señala Félix Manuel Lora, en la finca La Trampa, escenario de la boda planificada, incursiona en el chiste visual en el cual el parlamentarismo televisivo queda fuera de roles, aun cuando habríamos deseado más fluidez en las escenas de acción, más detalles en las partes de suspenso (como en el ducto de aire acondicionado) porque a la luz de escenas similares de centenares de películas de la industria en locaciones similares, se nota insuficiente el desempeño. El asunto es enriquecer la percepción con más detalles. He ahí una materia pendiente.
Es un avance y una diversificación del género, adelanta recursos y utilidades que deben seguir abonando la ruta de las buenas comedias.
De Perozo tuvimos la certeza de un director de cuerpo completo con Colao (2017), para nosotros aún no superara por ninguna de sus otras producciones, aun cuando.
En fin, en una trampa, en la que nos ha agradado caer. Vaya a verla, deje el gusto ingenuo y delicioso de caer en su garras de ilusión y risas.
La Trampa logra buenas notas en nuestra bitácora.
Ficha técnica
Título: La Trampa
Director: Frank Perozo
Año: 2022
Guión: Kendy Llanoret Calcaño y Junior Rosado
Nacionalidad: Dominicana
Producción: Caribbean Cinemas Films
Productores: Gregory Quinn y Zumaya Codero
Productora ejecutiva: Kendry Llanoret Calcaño.
Director de Fotografía: Francis Adames
Edición: José Delio Ares
Distribución: Caribbean Cinemas Distributions
Elenco: Raymond Pozo, Miguel Céspedes, Kenny Grullón, Yasser Michelén, Melymel, Jenny Blanco, Brea Frank, Claribel Adamez, Franklin Romero Jr, y Jesús Zambrano, también forman parte talentos activos en el teatro como lo son la maestra Gracielina Olivero, Mario Núñez, Fidias Peralta, Bárbara Plaza y Francis Cruz y Exmín Carvajal.