En lo que se considera como una votación trascendental para el futuro de Colombia, casi 35 millones de ciudadanos de esa nación han sido citados para ejercer su derecho al sufragio y decidir en torno ratificar el acuerdo de paz firmado el pasado lunes o por el contrario desean que los conflictos sigan siendo su lenguaje.
Es por esa razón que los ojos del mundo están puestos este domingo en el desenlace del plebiscito sobre el acuerdo de paz firmado con las FARC, donde los colombianos podrán contestar con un "sí" o un "no" a la pregunta: "¿Apoya usted el acuerdo final firmado por Juan Manuel Santos, y el número uno de las FARC, Rodrigo Londoño, para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?".
Partidarios del "sí" y del "no" hicieron el sábado algunos actos finales, pero en general las campañas no han despertado en la gente el interés que deberían teniendo en cuenta lo que está en juego.
Los defensores del "sí" al acuerdo, que son todos los partidos -menos el derechista Centro Democrático-, sindicatos, organizaciones sociales y asociaciones de víctimas, entre otros, argumentan que esta es una oportunidad única para que el país cierre 52 años de conflicto armado con las FARC.
Quienes promueven el "no", liderados por el ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010) y su partido, alegan que un triunfo de esa opción forzará la reapertura de la negociación ya cerrada para introducir cambios en el acuerdo firmado.
Por la importancia de este plebiscito han llegado al país numerosas misiones de observación de la Organización de Estados Americanos (OEA), del Parlamento Europeo, de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore), entre otras, varios de cuyos representantes se reunieron en las últimas horas con el presidente Santos.