República Dominicana.-Eran más o menos las 2:00 de la madrugada cuando el abuelo de las niñas, Genaro payano, de 73 años y, no vidente, se percató de que algo andaba mal, por los ruidos que escuchaba en la casucha que habitan en el sector Capotillo.
Las niñas Willianny y Fabianny Robles, de 7 y 8 años, respetivamente, vivían junto a otras dos hermanitas, con sus abuelos, Genaro payano, de 73 años y María Mercedes Ovalles, de 63.
Todos dormían cuando la pared de una casa en construcción abandonada hace varios años, se derribó, cayendo justo sobre el cuarto que ocupaban las niñas, hijas de Altagracia Robles, a quien su trabajo de doméstica solo le permite ver a sus parientes los fines de semana.
El abuelo narró a proceso.com.do, que se levantó varias veces en la noche, porque “oía ruidos raros”, hasta que escuchó llorar a una niña de dos años, a la cual cargó y salió como pudo en busca de ayuda.
Ya era tarde…las dos más grandes habían sido aplastadas por la pared que cayó sobre su cuarto, techado con hojalata, al igual que el resto de la casa marcada con el número 87, en la calle El Túnel del sector Capotillo, en el Distrito Nacional.
En medio del drama, los vecinos consternados pidieron al presidente cumplir con la promesa de desalojarlos del sector, en el que la mayoría de casas son tan vulnerables, como las de barrios aledaños.
Además, los vecinos, entre ellos Luis Miranda, dijeron lo que quizás antes no habían expresado al Gobierno, que los niños no solo necesitan escuelas, si no también un lugar donde vivir con dignidad.