Colombia-El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el jefe máximo de las FARC, Rodrigo Londoño, “Timochenko”, firmaron este jueves en Bogotá, el nuevo acuerdo de paz para terminar 52 años de conflicto armado interno.
Santos y “Timochenko” firmaron el acuerdo, que complementa el original del pasado 26 de septiembre en Cartagena de Indias, a las 11.30 hora local (16.30 GMT) en el Teatro Colón de Bogotá.
Casi dos meses después del fracaso del plebiscito del 2 de octubre, cuando la ciudadanía dio el “no” al texto firmado por todo lo alto días antes en Cartagena de Indias, en presencia de una docena de jefes de Estado y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, las partes pondrán fin a negociaciones de cuatro años en un importante teatro de la capital, con una programación escueta y protestas previstas en la calle.
El nuevo acuerdo introduce cambios solicitados por los defensores del “No”, pero no los suficientes, sostiene la oposición encabezada por el expresidente Álvaro Uribe, que opinan que es necesario hacer un nuevo referéndum, algo que rechazan tanto el gobierno como las FARC.
“Tenemos que actuar. No hay tiempo que perder”, señaló el presidente Juan Manuel Santos, dos días antes de anunciar la fecha y el lugar de la firma.
El acuerdo, un documento con 310 páginas y medio centenar de modificaciones, prevé que la guerrilla entregue en los próximos seis meses un inventario de sus bienes y activos para resarcir a las víctimas.
El nuevo texto también detalla las condiciones de la restricción de libertad para los responsables de los crímenes de un conflicto de más de medio siglo, pero no sacia las principales exigencias de la oposición.
Demandas como penas de cárcel para quienes cometieron delitos graves y limitación de la participación política de los rebeldes no fueron atendidas en los 40 días que se extendió la nueva negociación.
Como gesto de protesta, los opositores han lanzado propuestas como no acudir a la votación parlamentaria para dar validez a los acuerdos, prevista para este martes, o solicitar la revocación del Congreso que “no representa” a los colombianos. También amenazan con protestas ciudadanas.