Santo Domingo – A pesar de las enérgicas medidas tomadas por el Gobierno de Luis Abinader para detener la construcción de un canal de riego en la orilla haitiana del río Masacre, la obra continúa sin mostrar signos de paralización.
Los trabajadores, dedicados a la labor con determinación, remueven la arena con sus palas en un constante fluir de actividad. A su alrededor, una multitud se congrega, fluctuando en tamaño, en lo que se ha convertido en una suerte de peregrinación en torno al sitio de las obras.
Desde el otro lado del río, miembros del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront) observan con atención los acontecimientos.
El canal ha generado tensiones entre las autoridades dominicanas y sus contrapartes haitianas, dado que su construcción podría modificar el cauce del río y tener repercusiones en el acceso al agua en la zona.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos y las medidas de fuerza implementadas por el Gobierno dominicano, el avance de la obra parece inalterable.
Se espera que esta situación genere un incremento en la vigilancia y la atención de las autoridades en la frontera entre ambos países, mientras persiste el pulso entre los intereses en juego.