Santo Domingo. – Los residentes en el sector La Ciénaga, en el Distrito Nacional, viven momentos de angustia, mientras los efectos de la vaguada continúan incidiendo en gran parte del territorio dominicano.
A pesar de las repetidas advertencias meteorológicas, la mayoría de los residentes en la Ciénega, el emblemático barrio capitalino, sinónimo de precariedad a orillas del río Ozama, coinciden en que lo único que les queda ante eventuales lluvias o tormentas, es subir sus ajuares donde el agua no los alcance.
Con sus casas marcadas por un censo que busca trasladar esas familias, muchos se sienten desprotegidos ante la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades.
Otros residentes en la Ciénaga dicen no sentir temor a los efectos de las lluvias, y aseguran sentirse protegidos gracias a la construcción de la avenida principal del Nuevo Domingo Savio, que separa el asentamiento humano de las aguas del Ozama.