Santo Domingo.-En República Dominicana El 2024 fue un año electoral de escasas sorpresas en el ámbito político, donde la reelección presidencial pasó sin arrugas, el debate presidencial fue toda una novedad y el junte de Danilo con Miguel, Abel y Leonel no trajo los resultados que esperaba la oposición.
El banderazo de salida lo dio el gobierno, comenzando enero, cuando emitió el decreto 1-24 para regular la publicidad oficial en los medios de comunicación. Un decreto que, según el movimiento cívico Participación Ciudadana, fue violado por el propio gobierno, generando un encendido debate entre oficialistas y opositores.
En medio de ese debate llegó la fecha de las elecciones municipales, donde a pesar de una abstención electoral que sobrepasó el 53%, el Partido Revolucionario Moderno obtuvo una resonante victoria, ganando las demarcaciones más pobladas del país, como el Distrito Nacional, Santo Domingo Este, Santiago, Santo Domingo Norte, La Vega, Santo Domingo Oeste y San Francisco de Macorís, entre otros municipios con altos números de electores.
Cuatro días después de las elecciones y todavía con la resaca de la derrota, el líder de la Fuerza del Pueblo, Leonel Fernández, cargó contra el gobierno y lo acusó de forzar una abstención masiva mediante la compra de cédulas y voluntades con recursos del Estado.
Con las presidenciales ya en frente quedó atrás el expediente de las municipales, y en medio de un vendaval de encuestas que, en su mayoría, daban ganador en primera vuelta a Luis Rodolfo Abinader Corona, la Alianza Rescate RD reúne por primera vez el 25 de marzo en un mismo escenario a Leonel Fernández, Danilo Medina, Abel Martínez y Miguel Vargas, para confirmar que el tercer lugar apoya al segundo si hay segunda vuelta, pero sobre todo para dar una imagen de real unidad entre los promotores del triple acuerdo entre el PLD, el PRD y la Fuerza del Pueblo.
El 24 de abril se desarrolló el histórico debate presidencial entre los candidatos del PRM, PLD y Fuerza del Pueblo, Abinader, Abel y Leonel, un debate que dejó la impresión de un combate de dos contra uno. Ya la noche anterior, también por primera vez, debatieron las candidatas a la vicepresidencia de la República de los tres grandes partidos.
El 15 de mayo, cuatro días antes de las elecciones, la Junta Central Electoral presionada por la oposición, sustituye 640 presidentes y 569 secretarios de los colegios electorales, a petición de la alianza opositora que los acusa de parcialidad con el PRM.
Pero el problema de la oposición para sumar votos no estaba en las mesas electorales. El 19 de mayo Luis Abinader ganó la reelección presidencial en primera vuelta con más del 57% de los votos, el PRM logró 29 senadurías, la Fuerza del Pueblo tres, y el PLD se fue en blanco en la Cámara Alta.
El joven político Omar Fernández derrotó al veterano Guillermo Moreno por la senaduría del Distrito Nacional, la Fuerza del Pueblo desplazó al PLD de la segunda casilla y Abel Martínez alcanza tan solo un poco más del 10% de los votos emitidos.
La gran sorpresa de los comicios la dio el candidato presidencial del Partido Esperanza Democrática, Roque Espaillat, mejor conocido como El Cobrador, quien con un discurso anti-sistema colocó esa organización política en el top ten del ranking electoral.
El logro llega luego de que el Tribunal Superior Electoral declarara inadmisible una acción de amparo de extrema urgencia, interpuesta por Ranfis Domínguez Trujillo, contra la resolución de la Junta Central, que le rechazó su candidatura presidencial, obligándolo a retirarse de la contienda y buscar un sustituto.
Cuando todavía no había terminado el conteo electoral, Roque Espaillat fue expulsado del partido por el nieto de Trujillo. HOY el Cobrador no tiene votos, pero tampoco partido.
El 11 de julio, la Junta Central Electoral entrega a Luis Abinader y a Raquel Peña los certificados de elecciones como presidente y vicepresidenta reelectos, cerrando así el ciclo electoral del 2024.
El 16 de agosto, en un escenario que pasó de la solemnidad del Congreso a la sala de espectáculos del Teatro Nacional, y con un discurso corto pero cargado de promesas, Luis Abinader asumió la presidencia de la República para un segundo mandato, definido como el cuatrienio de las reformas.
Y mientras Abinader gobierna con la repetida promesa de que no vuelve, en el Partido Revolucionario Moderno se abren los apetitos de muchos que sueñan con la ñoña para el 2028.
Mirando hacia el futuro, el PRM da un paso hacia delante y hace saber a través de su presidente, José Ignacio Paliza, que la reelección de los miembros del Pleno de la Junta Central Electoral tiene su respaldo.
Y mientras el PRM sigue enfocado en lo suyo, el 28 de septiembre el comité de Disciplina del PLD expulsa de sus filas de forma deshonrosa y acusado de alta traición al ex aspirante presidencial Carlos Amarante Baret, miembro de su comité político, a quien, además, acusaron de persuadir compañeros para que renunciaran del partido de la estrella amarilla y pasaran a formar parte de una nueva organización política.
Tres días después de la expulsión de Amarante Baret, el ex candidato a alcalde del Distrito Nacional por el PLD, Domingo Contreras, renuncia de ese partido, alegando desconexión entre las bases y la dirigencia de la organización.
El 27 de octubre El PLD reelige a Danilo Medina como su presidente y escoge a Johnny Pujols como secretario general en sustitución de Charles Mariotti.
El 15 noviembre, en medio de un encendido debate entre juristas y políticos, se juramenta como alcaldesa de la Vega Amparo Custodio, dirigente del Frente Amplio, varias semanas después de renunciar a sus derechos de sustituir al alcalde electo Kelvin Cruz, designado por Abinader como ministro de Deportes.
El 18 de ese mismo mes, el ex peledeista Domingo Contreras revolotea las mansas aguas por las que transita la Fuerza del Pueblo, al anunciar la creación de un movimiento político en apoyo a una eventual candidatura presidencial del senador Omar Fernández, y de inmediato el joven legislador aclara que el líder de ese partido es su papá.
El 24 de noviembre, el PLD cerró su décimo congreso ordinario Reynaldo Pared Pérez, con una vistosa ceremonia, donde su presidente y líder, Danilo Medina, exhortó la militancia de ese partido a poner fin a lo que definió como el caos del PRM.
Ya finalizando el año, la aparición de Leonel y Danilo entre los beneficiarios del bono navideño de mil 500 pesos que dona el gobierno a los más necesitados, genera un debate político sobre la transparencia de los planes sociales del gobierno.
Mientras, la renovada Junta Central Electoral, ratificada casi en Pleno, no pierde tiempo y somete a consulta de los partidos reconocidos las propuestas con los nombres de los funcionarios de esa institución que podrían ser ratificados para continuar en sus posiciones, por lo menos hasta el montaje de las elecciones del 2028.
Así transcurrió el ambiente político dominicano en el 2024, un año de reelección presidencial, pero también de debate entre sus actores, de manera específica entre los oficialistas, muchos de los cuales tienen a cuarta su proyecto político, de cara a las presidenciales del ansiado 2028.