Lo último
Cuando en el período de 1986 a 1990, el presidente Joaquín Balaguer a su retorno al poder, se propuso desarticular políticamente la facción del expresidente Jorge Blanco del tablero político nacional; puso instituciones y recursos del Estado a disposición del grupo legal encabezado por el Dr. Marino Vinicio Castillo para tales fines.
Los resultados de ese “lawfare político” fue catastrófico para Dr. Jorge Blanco y todos sus allegados; el Expresidente salió del proceso judicial condenado a 20 años de prisión, así como también algunos de sus allegados; mientras sus colaboradores políticos huyeron del país, algunos lo hicieron mucho antes de comenzar el juicio.
Aquel enjuiciamiento del Dr. Jorge Blanco, justo o no, causó un encono político en la dirigencia y las bases del litoral liberal encabezado en aquel momento por el PRD y luego por su descendiente directo el PRM, que prevaleció en el tiempo, y que como plato frío, finalmente está siendo servido y degustado en este último gobierno.
El primer intento de venganza, llegó de manos del expresidente Hipólito Mejía en el período 2000-2004, cuando sus actos de persecución de la corrupción quisieron enlodar y aniquilar políticamente al recién salido presidente Leonel Fernández.
Pero, contrario a lo que sucedió con el expresidente Jorge Blanco, los acusados de corrupción allegados al presidente Fernández no huyeron del país, ni intentaron esconderse de la Justicia; enfrentaron su destino y fueron a las cárceles, desde donde siguieron sus batallas judiciales y políticas, saliendo finalmente exonerados de sus acusaciones.
Durante el segundo gobierno encabezado por el Dr. Leonel Fernández, el Secretario de la Presidencia, el Lic. Danilo Medina, amenazó más de una vez al pasado gobierno del presidente Hipólito Mejía con enviar a la Justicia unos 25 expedientes de corrupción de hechos cometidos en su gobierno; hay quienes especulan que, la relación de camaradería de Hipólito y Danilo nació de esos expedientes.
En el lapso de tiempo del 2004 al 2012 en que el país fue gobernado por el Dr. Leonel Fernández, no hubo una retaliación contra el presidente Hipólito Mejía; se dilucidaron casos de trapacerías delictivas, como la célebre “Pepecard” y se envió en extradición a quien se definió a sí mismo recientemente como el “padre de todos los capos”; pero don Hipólito llegó limpio al 2012, siendo el principal candidato opositor.
Durante los 8 años de gobierno del expresidente Danilo Medina, los expedientes de corrupción contra el gobierno anterior tocaron los linderos del Dr. Leonel Fernández, extrañamente azuzados desde los entornos de la sociedad civil y los vagones de la izquierda; estos últimos, siempre desubicados políticamente, de manera consciente o inconsciente.
Irónicamente, personajes con los cuales el Expresidente se reunía con regularidad en el Comité Político de su partido, empuñaron cuchillos para “derramar la sangre de exfuncionarios” de su gobierno; esto condujo a largos juicios mediáticos que, con todo el poder otorgado por el presidente Danilo Medina a su procurador Domínguez Brito, no pudieron acorralar al presidente Fernández.
Finalmente, con el cambio de gobierno de agosto del 2020, comenzó a fraguarse la “venganza blanca”. Aquel que se ufanaba de gran conocedor de las debilidades humanas, y de las idolatrías frente al poder, ha caído acorralado por sus ambiciones y la de sus familiares y allegados, hasta conducirlo a la postración negociada con el poder de turno.
Los convidados a la “venganza blanca”, contemplan una mesa servida, y una tabla de trinchar, donde yace el otrora todopoderoso Expresidente Danilo Medina, con ojos de cordero sacrificado, adornado por las condenas y las múltiples confesiones monetizadas de sus funcionarios y familiares.
En el caso del expresidente Jorge Blanco, la huida de sus correligionarios, gritaba su culpabilidad; en el caso del expresidente Medina, las confesiones y devoluciones de parte de los montos robados, gritan lo mismo… ¡culpable!
