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República Dominicana.-Entre declaratoria de emergencia y promesas de soluciones, el país sigue siendo sometida a largas y frecuentes tandas de apagones que, combinadas con las elevadas facturas por un servicio deficiente acrecienta el descontento de la población, aquejada además por otros males.
Las interrupciones en el servicio de energía eléctrica continúan afectando a sectores de la capital, en especial durante las noches y las madrugadas, generando quejas entre los ciudadanos.
El Ensanche La Fe, en el Distrito Nacional, no escapa a esta realidad, pues de acuerdo a los moradores, aquí son más prolongadas las tandas de apagones, que las horas de luz que reciben.
Pese a los constantes cortes eléctricos, los usuarios se ven obligados a pagar facturas por montos que aseguran no consumen. Un ejemplo de esto son Adriano Núñez y Jacqueline José, a quienes aunque viven en casas de una sola habitación, les cobran entre mil 500 y 3 mil pesos por el servicio eléctrico.
Además de los apagones, en medio de un sofocante calor, los residentes en el ensanche La Fe, debe lidiar con las inundaciones cada vez que se registra la más mínima lluvia.
Los vecinos narran que hace más de dos semanas, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, levantó las parrillas de los filtrantes con la hasta incumplida promesa de limpiarlos, convirtiéndolos en un peligro latente para los transeúntes.
Aunque entre apagones e inundaciones los moradores en este sector al menos han tenido un respiro con la delincuencia, problemática que aseguran ha disminuido los últimos meses.
