Santo Domingo Oeste. En el corazón del barrio Nueva Esperanza, en Los Alcarrizos, la esperanza se desvanece entre el polvo, el lodo y la indiferencia de las autoridades. Los residentes de esta comunidad enfrentan una dura realidad marcada por calles intransitables y una preocupante escasez de agua potable que afecta gravemente su calidad de vida.
Los vecinos denuncian que transitar por las vías del sector se ha convertido en una odisea diaria. Los baches profundos, el barro y los escombros dificultan el paso tanto a pie como en vehículos, incrementando el aislamiento y la incomodidad de quienes habitan la zona.

“Todos los zapatos de trabajar que tengo se me han echado a perder, muchas veces he tenido que devolverme de la parada de carros con ellos en las manos porque se me rompen”, expreso Clara Figueroa.
A esta problemática vial se suma la falta crónica de agua potable, un servicio esencial que en Nueva Esperanza puede faltar semanas enteras. La ausencia del líquido vital no solo pone en riesgo la salud de los habitantes, sino que también limita sus actividades diarias básicas.
“Yo tuve que hacer un pozo sumergible, para poder desenvolverme en la casa. Por aquí el agua no llega hace meses”, exclamó Francisco Francisco, residente en la comunidad.
Los residentes señalan que las autoridades parecen haber olvidado esta comunidad, acercándose solo en épocas electorales para prometer soluciones que nunca llegan. La desesperanza crece, mientras los ciudadanos claman por atención urgente y acciones concretas para revertir el abandono.
En Nueva Esperanza, el reclamo es unánime: justicia social, servicios básicos dignos y un compromiso real que transforme la realidad de sus calles y hogares. Por ahora, la esperanza parece haberse perdido en el polvo y el olvido.