Santo Domingo. Una escena inusual sorprendió esta la tarde de este miércoles a quienes transitaban por los alrededores de una de las principales terminales de guaguas con destino al sur del país, desde Santo Domingo.
Y es que, donde normalmente domina el bullicio generado por motores, vendedores ambulantes ofreciendo café y otras "chucherías", además de pasajeros apresurados buscando asiento y el llenador de guaguas vociferando su oferta pueblo por pueblo, este miércoles solo se oía el silbido del viento.
Los autobuses que se encontraban en la denominada “Parada del Sur”; estaban vacíos, las filas inexistentes y las maletas, que en otros días abarrotan las terminales que va hacia la región sur, nunca llegaron.
La tormenta tropical Melissa, que ya comienza a hacerse sentir con fuerza en el territorio nacional, provocando la suspensión temporal del transporte interurbano hacia las provincias de San Juan, Barahona y Pedernales.
“Estamos bien porque no nos ha pasado nada que se deba lamentar, pero hoy ha sido un día sumamente lento. Vine en la mañana desde Elías Piña y regreso hacia allá vacío”, comentó Rafael Ureña, chofer con más de 20 años de servicio en la ruta Elias Piña-Santo Domingo mientras observaba su vehículo sin pasajeros.
Las autoridades del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT) y la Defensa Civil han recomendado evitar desplazamientos innecesarios y mantenerse atentos a los boletines meteorológicos. Según el último informe del Centro Nacional de Meteorología (ONAMET), Melissa avanza lentamente hacia el noroeste con fuertes vientos, lluvias torrenciales y riesgo de inundaciones urbanas.
En los alrededores de las terminales, los pocos curiosos que se acercaron coincidieron en describir la escena como “una ciudad fantasma”. Comerciantes cerraron temprano sus puestos, los taxistas guardaron sus vehículos, y las guaguas permanecen estacionadas, cubiertas con lonas para protegerlas del viento.
Mientras tanto, las autoridades mantienen en alerta amarilla las provincias del sur y el suroeste, previendo que en las próximas horas el fenómeno pueda intensificarse.
Con los caminos vacíos y el cielo encapotado, el país se prepara para resistir el paso de Melissa, una tormenta que no solo ha detenido la movilidad, sino que ha dejado en silencio a las terminales que, por costumbre siempre están repletas de pasajeros.