BRISAS DEL ESTE, SDE.- El sector Brisas del Este continúa consternado tras el asesinato de María Morillo Morillo, de 45 años, y su hija Elizabeth Ulloa Morillo, de 17, ocurrido el lunes dentro de una vivienda en la calle Mi Esfuerzo. La tragedia también dejó herida a una niña de siete años, hija menor de María. Según la Policía Nacional, el presunto responsable es José Francisco Montero Encarnación, de 36 años, ya arrestado.
El propietario de la residencia, Rafael Montero, fue uno de los primeros en presenciar la escena. Contó que todo inició cuando una pariente de la víctima pidió auxilio desesperadamente.
“Una tía subió y voceó auxilio… cuando fui la niña estaba tirada en el piso llena de sangre, la niña me pidió agua… tenía como dos machetazos, uno en la mano y uno en la espalda. Cuando miré hacia el aposento, estaban los dos cuerpos de la madre y la hija uno encima del otro”, narró.
Montero explicó que, aunque lleva más de 15 años alquilando viviendas, le era imposible prever lo que ocurriría, ya que no conocía a profundidad a la familia, que apenas tenía dos meses viviendo allí.
“Yo no era conocido de esa persona… los propietarios no conocen a las personas de la calle… yo no sabía qué tipo de personas visitaban a esa persona porque solo soy el propietario, no un vigilante, ¿me entiende?”, afirmó.
Los vecinos describen a María como una mujer trabajadora, humilde y siempre amable. William Medina relató que la víctima y sus hijas mantenían un trato cordial con la comunidad.
“Siempre cuando pasaba ahí me saludaba… la más chiquita jugaba con los amiguitos de ella aquí. Después de las 2 llegó la hermana y subió diciendo: ‘Ay, mi hermana está muerta’”, dijo.
Jennifer Santana, otra vecina, coincide en esa imagen de la víctima.
“Yo la veía que ella saludaba, yo me mudé recientemente”, expresó.
Rafael Pérez González, otro morador, destacó la dedicación de María a sus hijas.
“Era una muchacha muy humilde y trabajadora… siempre llevaba la hermanita a la escuela y la buscaba también”, recordó.
La brutalidad del hecho ha generado temor entre los residentes del sector, quienes aseguran que situaciones así no son comunes en esa zona.
“Imagínese, es algo que uno no sabe”, dijo Santana sobre el miedo que ahora sienten.
Mientras que Pérez González agregó: “Me siento mal con eso que pasó, porque eso por aquí no es de darse.”
Los cuerpos de María y su hija Elizabeth permanecen en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses, mientras avanza la investigación del caso.