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SANTO DOMINGO.- Las enfermeras del sector público reactivaron este viernes sus reclamos con un paro de labores y un piquete frente al Hospital Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia, exigiendo mejoras salariales, pensiones dignas y aumento del personal en centros de salud. La jornada marca la continuidad de una lucha que, según los gremios, no se detendrá hasta obtener respuestas concretas.
El personal de enfermería denunció que las actuales condiciones laborales resultan insostenibles, con sobrecarga de trabajo y déficit de personal que afecta directamente la calidad del servicio.
“Ahora mismo en el sector de enfermería hay un caos… hay enfermeras con hasta 24 pacientes; en UCI, una sola con seis, cuando debe ser una por paciente”, advirtió Jesús Frías, secretario general de ADIS. Agregó que hospital tras hospital evidencia desgaste físico y emocional en el personal: “Las enfermeras se están cayendo y lo que hay es presión laboral. Estaremos declarando la salud a nivel de enfermería en estado de emergencia”.
Las dirigentes también informaron que esta jornada forma parte de un plan de presión que podría intensificarse.
“Si no acatan este llamado, la coordinadora se reunirá y serán las enfermeras quienes decidan el paso a seguir”, expresó Solamantina Delgado, secretaria de finanzas de UNASEC, confirmando que el paro iniciado fue de 24 horas, pero que no descartan nuevas acciones.
Los gremios aseguran que ya han agotado los procesos institucionales y que sus demandas reposan desde hace meses sin respuesta en el Palacio Nacional. Entre las exigencias figuran incentivos por tiempo en servicio, cambios de asignación, reposición del personal que trabajó en jornadas de vacunación y nombramientos para enfermeras técnicas y auxiliares.
Frías reiteró: “Nuestro documento está en el Palacio. Lo que falta es que el presidente firme. Mientras eso no ocurra, seguiremos en las calles en pie de lucha”.
Delgado recordó que en 2016 se lograron 2,600 pensiones con el 100% del salario, por lo que consideran posible una respuesta similar del gobierno actual. Mientras los gremios mantienen su posición y no descartan radicalizar protestas, los centros de salud continúan operando con personal reducido y bajo fuertes niveles de presión.
