REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Estaríamos hablando de obesidad psicógena cuando comemos por tristeza o ansiedad, con el fin de atenuar el malestar emocional de cualquier origen. Explica la experta que un rasgo distintivo de muchas personas con obesidad es la dificultad para identificar y expresar las propias emociones, lo cual provoca una ingesta excesiva como una estrategia mal adaptativa para “manejarlas”. Añade la psicóloga de Clínicas Origen que, en momentos de inestabilidad emocional somos más propensos a consumir alimentos grasos, llegando a protagonizar grandes ingestas de comida.
No es un cheat meal elevado a la enésima potencia, pero algo de base tiene. Es lo que se denomina el "trastorno por atracón", que, según la Asociación Psiquiátrica Americana, declara haber padecido entre el 20 % y el 40 % de las personas obesas. También conocido "trastorno de ingesta voraz" (binge eating disorder) consiste en una ingesta desmesurada, que puede llegar a sobrepasar las 6000 calorías y, al contrario que la bulimia, no presenta episodios de vómitos.
Este tipo de conductas no saludables ofrecen la recompensa inmediata buscada a corto plazo, pero a medio y largo plazo implican mayor aumento de peso, menor autoestima y menor calidad de vida.
Es este uno de los motivos por los que hoy en día se considera multidisciplinar el abordaje de la obesidad y el sobrepeso, ya calificados por la OMS como epidemia mundial. Para Benítez, “el éxito de un tratamiento de pérdida de peso difícilmente podrá mantenerse a lo largo del tiempo sin seguimiento y apoyo psicológico”.