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  • Por: Humberto Salazar
  • martes 09 octubre, 2018

Hay que darles con un “G... de Toro” a esos abusadores

Joseph Strayer es uno de los escritores que más ha escrito sobre la forma y modo en que se desarrolló el concepto del Estado llegando a la siguiente conclusión: ¨un hombre puede llevar una vida relativamente satisfactoria sin familia, ni lugar fijo de residencia, no confesión, ni religión, pero sin el Estado no es nada¨.

Y es que la definición de Estado lo que describe es la estructura organizativa sobre la que se sostiene la administración de un territorio donde se concentra una cantidad determinada de personas y lo hace sin intervención de nadie ajeno a las funciones otorgadas de un modo u otro a personas designadas para ello.

La pertenencia a esta organización llamada Estado no es voluntaria, no podemos renunciar a pertenecer a ella aunque cambiemos de lugar de residencia porque si lo hacemos caeremos dentro del ámbito de otro territorio administrado también por otras personas, es decir, dentro de otro Estado.

De todo esto podemos colegir que la palabra Estado, por no estar vinculada a una acción voluntaria de los seres humanos, es símbolo de autoridad, es inherente a la sociedad moderna y responsable de la organización interna de estas comunidades a las cuales llamamos países o territorios nacionales desde que se firmó la ¨Paz de Westfalia¨ en 1648.

Toda esta historia es para resaltar que una de los atributos principales y mas importantes del Estado es la exclusividad que tiene en el uso de la violencia o la fuerza, escoja usted la palabra que mas le acomode, pues a el pertenecen la Policía y las Fuerzas Armadas, cada una de ellas con sus funciones definidas.

Si esto es así, no es posible que el Estado dominicano, esa organización con funciones específicas y atributos definidos, único garante de que vivamos en paz como sociedad relativamente organizada, siga dejando chantajear por un grupo de delincuentes vestidos de sindicalistas y ahora llamados empresarios del transporte sin que reaccione de manera drástica y autoritaria.

Un Estado no puede, so pena de negarse a sí mismo, perder el sentido de autoridad, y es que la facultad de dar órdenes y que estas sean obedecidas es la razón de ser los Estados y los gobiernos, para esto existe, por esto son electos y se llaman autoridades y la misma palabra tiene un componente autoritario, un autoritarismo que tiene que ejercer porque forma parte de su existencia.

En el caso de nuestro Estado, hemos entregado graciosamente el poder de decisión en las vías públicas, a un grupo de energúmenos, agrupados en carteles monopólicos, que se han adueñado del espacio construido con dinero de cada uno de los contribuyentes, sin que el Estado ejerza la autoridad o autoritarismo al que está destinado, el resultado es obvio, el caos se ha apoderado de las calles y carreteras dominicanas.

Tenemos siglas que representan lo peor de nuestra sociedad, y un grupo de actores que se hacen llamar a si mismos sindicalistas, que han sustituido de hecho a la autoridad, han ido ganando un poder de corte mafioso al mas típico estilo delincuencial, y han convertido nuestras vías de comunicación terrestre en un territorio ajeno al gobierno de quienes son electos para ejercer la administración pública por un tiempo determinado.

Ese Juan Hubieres que vemos con un cartel del Che Guevara detrás de sus ruedas de prensa, es dueño de una cosa llamada FENATRANO, vende una imagen de redentor con barba blanca y pelo largo bien descuidado y sucio, es en verdad un empresario que se ha hecho rico apropiándose del espacio público, recibiendo favores de todos los gobiernos y contra quien parece no hay autoridad.

Lo único que a veces quisiéramos saber, es ¿quién diablos le entregó las avenidas de la capital como si fueran de su propiedad para usufructuarse y enriquecerse con ellas?-

¿Es que nadie sabe que esos llamados sindicatos cobran una cuota por el uso del suelo que es de todos a los que con sus automóviles destartalados congestionan las vías públicas de la ciudad?

¿Quién o quiénes son los que han entregado en título de propiedad a los Hubieres, Antonio Marte y Blas Peralta (el mismo que está preso), a lo que debe administrar el Estado porque es de todos los que habitamos este país y pagamos impuestos?

Lo que sucedió ayer en las calles de la capital es inaceptable, no es posible que toda una sociedad ceda ante estos delincuentes vestidos de sindicalistas de los que somos víctimas, tanto los que manejamos automóviles privados que tenemos que torearlos cada día para evitar sus agresiones y manejo temerario, como los miles de pasajeros que no tienen otra alternativa que usar sus tiestos rodantes donde sufren toda clase de vejámenes.

Pero las principales víctimas son los miles de hombres y mujeres que se dedican a ganarse la vida transportando personas detrás de un volante, ya que por años han sido dejados a su suerte por los diferentes gobiernos que hemos tenido, los choferes se han convertido en esclavos de un grupo de vivos, delincuentes y mafiosos, que comenzaron llamándose sindicalistas y ahora se denominan eufemísticamente empresarios del transporte.

Solo que esas empresas de que hace gala los Hubieres, Marte, Peralta y además hierbas, tienen como materia prima las calles, que son de todos, y somos tantos los que reclamamos una acción de quien tiene la autoridad y administra el Estado a nombre de todos, y lo primero es asumir como propiedad el espacio público que se llaman calles, avenidas y carreteras, que se han convertido en un monopolio para usufructo de estos carteles mafiosos.

No es posible que estos individuos cobren por el uso del espacio público que se repara y construye para el uso de todos, impongan la ley de la selva, que es la de los mas fuertes y salvajes, para evitar que se liberalice el negocio del transporte y que todos nos quedemos con los brazos cruzados sin reclamar al Estado el uso de la fuerza para imponer la ley.

Una sociedad organizada no puede vivir bajo el chantaje permanente de un grupito de analfabetos que han encontrado en la inacción el escenario ideal para sus acciones delincuenciales, las escenas de ayer no pueden volverse a repetir; grupos de mal vivientes con cuchillos, machetes, palos y armas de fuego, obligando a quienes no querían participar de un paro ilegal a no trabajar.

Para nada el reclamo es por el precio de los carburantes, la mayoría de las unidades de esos grupos se mueven con gas propano, pero además no se ha descubierto un pozo de petróleo en la República Dominicana para regalar gasolina y los impuestos que pagamos todos cuando echamos combustibles en nuestros vehículos son parte de las cuentas nacionales y sería una irresponsabilidad hablar de disminuir impuestos que tienen un destino determinado.

La paralización de ayer fue hecha para seguir recibiendo privilegios, hay que recordar el reciclaje que tenían hasta hace poco tiempo con miles de galones de combustibles que les eran entregados graciosamente a precio subsidiado, simplemente los Hubieres, Marte y compañía, que son igual a Fenatrano S.R.L., Conatra S.R.L. y Fenatrado S.R.L., deben ser tratadas como el resto de las empresas en República Dominicana y no aceptar chantaje de ningún  tipo.

Sino quieren entender esto, pues hay que recordar que el Estado es quien tiene el uso exclusivo de la fuerza o la violencia en una sociedad organizada y es el responsable de mantener el orden, si para esto hay que darles una pela con un “g… de toro” a esos abusadores, estamos mas que seguros que la sociedad consciente lo aplaudirá.

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