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  • Por: Andrés Díaz
  • lunes 01 agosto, 2022

Los obispos de Haití pegan el grito al cielo y urgen no más delincuencia ni secuestros

PUERTO PRINCIPE, Haití. – “Ya llegó el momento de despertar de nuestro letargo, de decir con todas nuestras fuerzas: ¡No a la inseguridad! ¡No al secuestro! ¡No a la legalización, por complicidad, de la actividad de bandas armadas! No a cualquier proyecto de aniquilamiento del Estado que pretenda facilitar cualquier agenda contra este pueblo al que se le lega esta tierra”, lanzaron los obispos católicos en su mensaje a la nación.

“El deterioro general de la situación en el país nos preocupa cada vez más como Pastores de este pueblo que tanto sufre. Hemos alzado tantas veces nuestra voz para interpelar a todos y cada uno de los hijos e hijas de la Patria común, a fin de alertarlos y sensibilizarlos sobre los grandes temas de la actualidad. El miedo, además, ha sumido a algunos en un profundo letargo, mientras otros siguen siendo cómplices de las desgracias de nuestro pueblo: corrupción, pobreza extrema, inseguridad generalizada, secuestros, desconfianza interpersonal son los males a los que se suma la violencia sistémica de bandas armadas declarándose la guerra aquí y allá”, dice el mensaje de la CEH.

Los obispos dicen que notan que el centro de Port-au-Prince se ha convertido, en los últimos días, en el escenario de violentos enfrentamientos entre bandas armadas ilegales, causando muchas víctimas entre la población civil asediada, en gran angustia. “La propia policía parece impotente. Situado en el corazón de estas zonas de enfrentamientos, el edificio de la catedral de transición de Port-au-Prince se vio gravemente afectado el 27 de julio por "un incendio de origen criminal" que los bomberos afortunadamente lograron circunscribir para salvar este lugar sagrado. Junto a las autoridades eclesiásticas de la Arquidiócesis de Port-au-Prince, les agradecemos de todo corazón”, dice la CEH.

“Al notar con profunda tristeza y un sentimiento interior de revuelta la degradación aceptada y en gran parte provocada de la situación del país en su descenso a los infiernos, la Conferencia de Obispos Católicos de Haití (CEH) está atónita e indignada ante la impotencia de la autoridad estatal, dejando el campo abierto a bandas fuertemente armadas para realizar todos sus actos premeditados con impunidad. Secuestran, secuestran, quiebran, matan, queman y así desafían a los poderes establecidos que parecen totalmente desbordados por lo que está pasando”, denunció la CEH.

La Conferencia de Obispos Católicos se pregunta “¿por qué el Estado no actúa para reprimir con el rigor necesario en el marco de la justicia para poner a salvo a los bandidos? ¿Es imposible cortar las fuentes que proveen de armas y municiones a grupos e individuos, o beneficia a los intocables? Mientras que a los actores de la violencia nunca les faltan recursos y siembran el terror a diario, los agentes de la Policía Nacional en general parecen carecer de ellos y no pueden cumplir su misión con eficacia. »

“Los actores y promotores de la violencia están constantemente reclutando y armando y la policía se debilita día a día. Las rutas de salida de la capital están casi todas bloqueadas, las bandas armadas están en guerra por todas partes. Este estado de cosas pone en peligro el país y la actividad de todos, con excepción de los propios actores de la violencia. Necesitamos recuperar la autoridad del Estado para que se respire un aire de renovación y paz en el país”, insta la CEH.
“Unimos nuestras voces a las de todos los que padecen esta situación y que aspiran a la seguridad y la paz, para exigir una acción inmediata a las autoridades que tienen a su cargo el estado y el bienestar de los ciudadanos. Porque, es urgente trabajar cuanto antes por el desarme de las pandillas, que permita a la Policía Nacional realizar con total libertad y con igualdad de trato sus operaciones contra los actores de la violencia armada o la inseguridad y crear un ambiente de serenidad y confianza. Es necesario, entre otras cosas, impedir el paso por las fronteras y el ingreso de municiones al país, arrestar y juzgar a los autores materiales, auspiciadores y promotores de los actos que infringen la ley. Todos debemos recordar aquí, siguiendo a Edmund Burke,

La Iglesia Católica invita a todos los sectores del país a trabajar en sinergia para combatir el flagelo de la inseguridad en todas sus formas.

“Atacar a las instituciones que impiden que se rompan las últimas cerraduras de la Ciudad es un proceso que tiene como único objetivo hacer más vulnerable y servil al país. La Iglesia Católica, en todos sus niveles, protesta contra estos despreciables y escandalosos ataques que han afectado o tocado la Catedral de transición de Port-au-Prince y que nos entristecen profundamente. La Conferencia de Obispos Católicos de Haití se une a las autoridades eclesiásticas y al clero de la Arquidiócesis de Port-au-Prince para denunciar este malévolo acto. Invitamos a todas las personas físicas y jurídicas, víctimas de esta situación de violencia e inseguridad, a hacer lo mismo asumiendo un compromiso concreto para lograr en este país el diálogo, la justicia y la paz”, lanzaron los obispos en su mensaje.

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